Los científicos italianos son los primeros en el mundo en establecer que el virus de la viruela símica puede estar contenido en el líquido seminal, dijo Francesco Vaia, director general del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas Lazzaro Spallanzani ("Spallanzani").
“Nuestros investigadores son los primeros en el mundo en descubrir que el virus responsable de la viruela del simio puede estar presente en el líquido seminal”, dijo el director del famoso centro de investigación.
Al respecto, Vaiya recordó que los virólogos “incluso en tiempos difíciles dijeron, incluso a los jóvenes, que podemos y debemos vivir una vida plena, pero sujeta a condiciones de seguridad”.
El informe oficial del Instituto Spallanzani señala que el virus de la viruela del simio "puede estar presente en el fluido seminal de una persona infectada con esta enfermedad en una forma capaz de reproducirse".
“El virus fue aislado en los laboratorios del instituto a partir del líquido seminal extraído de un paciente seis días después del inicio de la fiebre, y en cultivo celular fue capaz de infectar y multiplicarse en el laboratorio”, señalan los investigadores.
Se detectó la presencia del virus de la viruela símica en el líquido seminal de seis de los siete pacientes en la clínica del Instituto. Se están realizando más investigaciones relacionadas con "la persistencia del virus en el semen y otros materiales biológicos para comprender completamente los mecanismos de transmisión de este virus de persona a persona".
Según los expertos de Spallanzani, su trabajo ayudará a aclarar muchas cuestiones relacionadas con la hipótesis de la transmisión sexual del virus de la viruela del simio.
Según la información más reciente de la Organización Mundial de la Salud ( OMS ), la infección por viruela del simio ha sido reportada en 29 países, con más de mil casos de este tipo ya identificados. Sin embargo, hasta el momento no se han registrado muertes. Según expertos de la OMS, el peligro de propagación de esta enfermedad en países no endémicos es real. De particular preocupación es el riesgo de que el virus se propague a poblaciones vulnerables, incluidos niños y mujeres embarazadas.