El Gobierno de Rusia entrega una propuesta de acuerdo con una redacción concreta a Ucrania para alcanzar la paz y dice que espera la respuesta de Kiev.
“A fecha de hoy le entregamos a la parte ucraniana nuestro proyecto de documento que incluye formulaciones absolutamente claras y desarrolladas. La pelota está en su campo, esperamos una respuesta”, ha afirmado este miércoles el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Peskov ha lamentado, no obstante, que la dinámica del trabajo de la parte ucraniana deja mucho que desear y los ucranianos no muestran una gran tendencia a intensificar el proceso de conversaciones.
En este sentido, ha recordado unas declaraciones del presidente ruso, Vladimir Putin, de que Kiev constantemente cambia los acuerdos anteriormente discutidos y se aparta de sus propias propuestas.
Esto tiene, conforme al vocero ruso, muy malas consecuencias desde el punto de vista de la efectividad de las conversaciones.
En otro momento de sus declaraciones, Peskov ha rechazado la prohibición de competir a tenistas rusos en el torneo de tenis de Wimbledon, que tendrá lugar en Londres (Reino Unido). “Una vez más, convierten a los deportistas en rehenes de prejuicios políticos, de intrigas políticas. [...] Es inaceptable”, ha manifestado.
Desde el inicio de la operación militar rusa en Ucrania a finales de febrero pasado, las delegaciones de Ucrania y Rusia han mantenido varias rondas de conversaciones. Las partes alcanzaron a un acuerdo en conversaciones mantenidas el 29 de marzo en Turquía. Sin embargo, Putin anunció el pasado martes que Kiev se retractó de lo pactado, por lo que el proceso de paz se ha llevado a un callejón sin salida.
Por su parte, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, ha indicado este mismo miércoles que su país ha perdido toda la confianza en los negociadores ucranianos.
“No hay algo como confía y verifica, simplemente hay que verificar porque no existe ya la confianza en esta gente desde hace mucho tiempo”, ha denunciado Zajárova al mismo tiempo que ha señalado que este enfoque de Kiev permite a Rusia asegurar de que el país “no se trata de un régimen independiente y que lo controlan desde afuera”.