Cómo obtener la vida eterna

Jua 5:21   Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida; así también el Hijo a los que quiere da vida. 
Jua 5:22   Porque el Padre a nadie juzga, mas todo juicio dio al Hijo; 
Jua 5:23   para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. 
Jua 5:24   De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. 
Jua 5:25   De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que oyeren vivirán. 
Jua 5:26   Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dio también al Hijo que tuviese vida en sí mismo; 
Jua 5:27   y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. 
Jua 5:28   No os maravilléis de esto; porque viene la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 
Jua 5:29   y los que hicieron bien, saldrán a resurrección de vida; y los que hicieron mal, a resurrección de condenación. 
Como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. 
Contexto 
Los fariseos estaban ofendidos porque Jesús se declaraba ser el Hijo de Dios, cosa que ellos interpretaban, correctamente, como una afirmación de que Él era igual a Dios.
Jesús contesta que no sólo era verdadero Dios, sino que como Hijo tenía toda atribución de dar vida a quién Él quería, como ejerciendo plena soberanía. Veremos en qué criterio se basaba en dar o no la vida eterna:
Su obra contaba con el pleno acuerdo del Padre
Dice gozar, de parte del Padre, del amor, aprobación y del trabajo en conjunto con Él, y aun obras mayores haría.
Como prueba suprema de la aprobación y confianza depositada en Él por el Padre, cita la atribución de dar vida a quién Él quiere
“Todo juicio dio al Hijo”. Él es el juez que en su propio, soberano juicio, determina quién recibe vida eterna.
Es para que todos honren al Hijo como honren al padre.
¿Por qué conviene honrarle? Porque es Él que decide a quién se imparte vida eterna. De su posición como Juez, observa y evalúa la reacción y actitudes de cada uno frente a Dios, frente al mensaje del evangelio, para ver si son arrepentidos y creyentes, o si continúan rebeldes.
Jua_5:24
Veamos por partes el precioso texto que es el versículo 24, que demuestra que con base en aquel criterio que Cristo juzga, o decide, el destino eterno de cada uno.
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
De cierto, de cierto os digo; o como dicen otras traducciones; “Es verdad, es verdad”. El Señor Jesús siempre decía la verdad, por supuesto, pero aquí lo enfatiza.
el que oye mi palabra, “Oir” sería más que sólo escuchar, haciendo uso de los oídos: más bien sería escuchar con fe y comprensión, asimilando realmente la enseñanza. ¿En qué consiste su palabra? Es el mensaje del evangelio que uno recibe.
y cree al que me envió, Toma nota de lo que dice. ¿Quién envió al Señor Jesús? El Padre Dios lo envió. ¿Implica lo mismo creer en Dios que creerle a Dios? Lo primero acepta la verdad de su existencia y sus cualidades, pero el segundo significa creer y actuar en lo que nos dice. La mayoría aceptarían que hay un Dios, pero son muchos menos que realmente le temen y hacen caso a su Palabra en sus vidas. 
Una persona que le cree a Dios, en cuanto al mensaje del evangelio, sería una persona que acepta que es un pecador bajo condenación, y que Dios envió su Hijo a la cruz para pagar el castigo, la muerte, que correspondía a sus pecados. Tal persona no echaría mano a nada ni nadie más para salvarse. Sus propias obras o justicia, su religión, los santos y la virgen María, etc. no tienen vida eterna. 
La fe de ese oyente resulta en grande bendición dada por Dios mismo, expresada en tres detalles. 
(i) Aquí, tiene vida eterna es en contraste con la muerte espiritual, producto del pecado en su culpa. Indica que el pecador que antes estaba separado de Dios, ahora está vinculado con Él con vida espiritual y eterna, compartiendo la vida de Dios. Ya no figura pecado en su contra; ha sido perdonado y justificado. 
(ii) no vendrá a condenación: La condenación viene por una causa concreta, el pecado. Expiado el pecado, esa causa queda removida, y absuelta la persona de su culpa. A la vez, esta expresión nos recuerda de la dirección hacia dónde se dirigía el individuo: era hacia abajo, hacia el infierno. Es evidente que ya no viaja en ese sentido, porque “no vendrá a condenación”. 
¿Qué habrá pasado? La respuesta viene: 
(iii) ha pasado de muerte a vida. Podemos graficar esto al considerar la puerta angosta. Es la única vía de escape del camino va al infierno, y el único acceso al camino que lleva al cielo. La persona que cree como Jesús describe aquí, pasa del camino espacioso, de la muerte, al camino angosto, de la vida. El creer, es lo mismo como entrar por la Puerta. Acuérdate de lo que dijo el Señor Jesús en Juan 10:9: “Yo soy la puerta, el que por mí entrare será salvo”.
Jua_5:25-29
De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. 
No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
El versículo Jua_5:25 describe la presente proclamación del evangelio, un mensaje de vida, a los muertos en delitos y pecados. No son los muertos de cuerpos fallecidos, sino los están todavía en el camino ancho. Vemos que su oír es opcional, según la voluntad del oyente (“los que la oyeren”).
Los versículos Jua_5:26-27 hablan de las atribuciones del Hijo que le facultan de impartir vida espiritual, vida eterna a oyentes creyentes. No es presunción entonces, para un creyente decir que es salvo. Solamente tiene que citar las palabras del Señor con respecto, puesto que la autorización es de Él.
El pasaje prosigue en lenguaje es parecido al versículo Jua_5:25. Sin embargo la palabra aquí va dirigida a otro auditorio: el futuro mandamiento es a los muertos sepultados (muertos físicamente) a que se reincorporen y se levanten. Notemos:
(a) Su oír no es opcional: tendrán que responder. Saldrán, o a la vida glorificada en presencia de Cristo, o a la condenación eterna tras el juicio del gran trono blanco
(b) Toda persona muerta experimentará la resurrección. Compare “hacer lo bueno” con el versículo Jua_5:24 que hemos tratado en cierto detalle. “Hacer lo bueno” sería oír con fe, creer que es mensaje de parte de Dios, y recibir la salvación. “Hacer lo malo” seria todo lo contrario: hacer caso omiso a su palabra, y no creerle a Dios. Por supuesto, el Señor Jesús no llevaría al cielo a ninguno con actitud de rebeldía.