Efe 2:2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
Efe 2:3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Efe 2:4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
Efe 2:5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo(A) (por gracia sois salvos),
Efe 2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
Efe 2:7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Efe 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
Efe 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Efe 2:13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
Características del inconverso
Veamos algunos de los detalles en la descripción que Dios da de los que están en el camino espacioso, o ancho.
(a) muertos en delitos y pecados (sin vida para con Dios) Es posible que te sorprenda, pero tú puedes estar con vida humana, leyendo este estudio, pero estar sin vida para con Dios. Es el caso de uno que está separado de Dios, por sus pecados no perdonados.
(b) un andar según la corriente de este mundo (¿adónde arrastra esa corriente?) La gran mayoría se guían por lo que hacen los demás. Pero el mundo no procura lo que a Dios le agrada, sino más bien lo pecaminoso. ¿Qué procuras?
(c) conforme al príncipe de la potestad del aire. Nota que vemos aquí la identidad de quién realmente hace prevalecer su voluntad en el mundo, y por qué es tan contrario a lo de Dios.
(d) el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia (rebeldes para con Dios) Esto declara enfáticamente la presencia y actividad perniciosa de Satanás en los que no hacen caso ni a Dios ni a su Palabra.
(e) un vivir en los deseos de la carne. A menudo el pecado se manifiesta en lo que es un abuso ilegítimo del cuerpo; el cuerpo que debiera ser para la gloria de Dios.
(f) en la voluntad de la carne, y de los pensamientos (no la voluntad de Dios) Lamentablemente, son pensamientos que escogen no tomar en cuenta el parecer de Dios, ni consultan con su Palabra.
(g) por naturaleza, hijos de ira. Esto porque la ira de Dios está sobre ellos. Dice Jua_3:36:
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
¡Cuán triste y trágico! Es el fin, el destino de ellos, si no cambian de rumbo espiritual. ¿Cuál es tu camino, estimado estudiante?
El gran enemigo
Muchos no toman en cuenta la persona ni la actividad de Satanás en contra de ellos.
Miremos más de cerca este tema de la actividad de Satanás, actividad espiritual maligna en contra de la actividad benéfica del Espíritu de Dios en las personas. Como dice el apóstol Pablo en 2Co_4:3-4:
Si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Si tú no encuentras gracia o “brillo” en el evangelio, el mensaje de la salvación, ¡es porque tú figuras todavía entre los que “se pierden”! ¡Qué tremenda advertencia es aquella! La actividad de Satanás es de confundir, desorientar, envolver en otros placeres y afanes, a los que se pudieran interesar en sus almas. Así que lejos de ser un mito, o de no existir, él atenta activamente contra la persona que desee ser salva.
¿CÓMO LLEGÓ SATANÁS A TENER ESE PODER?
Lo usurpó de Adán usando engaño, en el huerto de Edén. Mientras que Adán obedecía a Dios, la autoridad investida en él por Dios era suya para emplear y ejercer; pero cuando desobedeció a Dios, y escogió prestar obediencia a Satanás, Satanás reclamó para sí esa autoridad, y Dios le ha permitido por un tiempo ejercerla. Pero realmente no le pertenece, y le será quitada y él, Satanás, humillado cuando Dios así lo quiera.
Aquí hay palabras del Señor Jesús que demuestran su ascendencia sobre Satanás. El “príncipe de este mundo” es uno de los títulos de Satanás.
“ahora el príncipe de este mundo será echado fuera” (Jua_12:31)
“... el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado” (Jua_16:11)
“... viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mi. “ (Jua_14:30) Él no tenía ninguna autoridad sobre Jesús, el Hijo del hombre, heredero legítimo del señorío original de Adán.
Las Escrituras hablan del reino de Satanás y de la necesidad de ser librados de su poder. Es Dios que actúa con poder para poner en libertad a los cautivos de Satanás que desean ser salvos; pero Dios no lo hace para quienes no creen. Dice Col_1:13-14:
... el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quién tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Pero veamos ahora lo que Dios desea hacer para aquellos mismos caminantes del camino espacioso, o ancho. Volvamos a Efe_2:4-8, el pasaje citado arriba.
Notamos aquí varias verdades importantes. La descripción de Dios evidencia que en todo sentido Él es un contraste con Satanás. “Rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó”. Procede a mostrar cómo Dios representa al pecador en la Persona de su Hijo, sufriendo la condenación en la cruz.
Él le da vida al que cree, lo une a Cristo, en su muerte, resurrección, ascensión al cielo, y lo sitúa espiritualmente al pecador creyente, ya perdonado, en una nueva posición espiritual, es decir “en Cristo”, ¡en la gloria! Todo este gran beneficio es por la pura gracia de Dios hacia el creyente, por solamente creer. Proviene de la fuente inagotable de la gracia y bondad de Dios, y está disponible para todo aquel que cree, como señala el pasaje.
Querido amigo, está disponible para ti también. ¿Lo recibirás?