La orden de detención preventiva fue ejecutada en el municipio de Ananindeua, en la región metropolitana de Belém, por agentes de la Comisaría Especializada en Atención al Niño y al Adolescente (Deaca/Santa Casa). La determinación fue emitida por el 1º Juzgado de Instrucción Policial de Belém. Según la Policía Civil, las investigaciones indican que el sospechoso utilizó su cargo de líder religioso para cometer los crímenes.
La madre de una de las víctimas, una adolescente de 12 años, que había asistido a la iglesia durante dos años, presentó una denuncia policial sobre el caso en julio. En entrevista con Alma Preta , dijo que se enteró del abuso el día que se registró la denuncia policial, luego de que la madre de una de las otras víctimas revelara los crímenes. Al interrogar a su hija, la adolescente reveló que los abusos comenzaron durante reuniones privadas solicitadas por el pastor para conocer los "problemas espirituales" de la joven.
"Todo empezó alrededor de noviembre del año pasado. Él [Ronaldo] decía que, como pastor, debía preocuparse por sus ovejas, y hacía reuniones privadas con las niñas. Mi hija relató que, en una de esas reuniones dentro de la iglesia, Afirmó que le enseñaría a defenderse de posibles abusadores, y aprovechó para abrazar y frotar sus partes íntimas", comienza.
“Como mi hija no tenía celular, nos enviaba mensajes para ver cómo estaba. Cuando el celular estaba en sus manos, usaba códigos para saber si había algún responsable cerca, como 'son ¿Hay policía ahí?', refiriéndose a los adultos", añade la madre.
Según lo relatado por la joven a su madre, la violación ocurrió en junio de este año, en el auto del pastor, luego de un servicio juvenil realizado en la iglesia. "No pude ir y él dijo que la dejaría aquí en casa en el coche", cuenta la madre de una de las víctimas.
Según la madre, la familia aún sospechaba de la cercanía entre el pastor y el adolescente, pero éste aprovechó la confianza de los fieles para hacer víctimas. "Me dijo: 'Hermana, ¿sospechas algo? Puse la mano sobre la Biblia para decirte que no estoy haciendo nada malo. Sólo estoy cuidando a mis ovejas'", recuerda.
También dice que creía que su hija buscaba al pastor para pedirle oraciones para unir a la familia, pues su madre estaba en proceso de separación. Durante este período, la joven comenzó a desarrollar trastornos nerviosos, que el propio pastor atribuyó al proceso de separación. La adolescente también fue blanco de ataques: "Se mordía continuamente para ocultar las marcas que él le dejaba en el cuerpo".
Incluso después de que la denuncia salió a la luz, la madre revela que el pastor siguió las publicaciones del adolescente en las redes sociales al menos hasta el pasado domingo (27), el día antes del arresto. Una captura de pantalla enviada al informe muestra un perfil sin foto, atribuido a Ronaldo da Silva Oliveira, viendo las publicaciones de Instagram de la víctima.
A pesar de la gravedad del caso, la madre dice que las víctimas y familiares que denunciaron los crímenes sufrieron represalias por parte de la familia del pastor y otros miembros de la congregación, quienes afirman que los adolescentes mintieron sobre el abuso y que habían provocado al pastor.
"No voy a decir que estoy contento con su arresto, porque no le deseamos esta situación a nadie. Pero queremos defender la inocencia de las niñas frente a las calumnias que están sufriendo por parte de personas que ponen él en la posición de víctima", lamenta la madre.
La madre de una de las víctimas también dice que su hija se sometió a un examen sexológico y está a la espera de apoyo psicológico por parte del Estado para la adolescente. Según la policía, las víctimas recibieron atención especializada.
El informe buscó a la Igreja Evangélica Luz de Deus para conocer la postura de la institución religiosa ante la denuncia. Hasta la publicación de este texto no hubo respuesta. Si la iglesia responde, el informe se actualizará.
La violación de una persona vulnerable está prevista en el artículo 217-A del Código Penal y consiste en "tener relaciones sexuales o realizar otro acto libidinoso con un menor de 14 años". La pena para el infractor es prisión de 8 a 15 años.
En Pará, los delitos cometidos contra la dignidad sexual de niños y adolescentes pueden denunciarse a través de la Línea Directa 181, o personalmente, en cualquier unidad policial o en la sede de la Comisaría Especializada en Atención a Niños y Adolescentes (Deaca), anexa al edificio. de la Policía Científica de Pará, ubicada en la Avenida Transmangueirão, en el barrio de Benguí.
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