Abortar nunca es un derecho

El Gobierno socialcomunista de España tiene mucha prisa. No quiere esperar siquiera el informe del Consejo General del Poder Judicial, a quien la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha acusado de «no haber hecho su trabajo» e «incumplir los plazos» previstos para pronunciarse.
Así que con los mínimos cambios ha aprobado el texto de mayo: aborto desde los 16 años sin que los padres sepan nada, píldora gratuita y restricción de la objeción de conciencia entre otras perlas. El proyecto de ley elimina la reformita del Partido Popular, que, en contra una vez más de lo que prometió en campaña se limitó a asuntos menores.
El proyecto de ley también elimina el periodo de reflexión y la necesaria información.
Mons. Argüello, arzobispo de Valladolid, todavía portavoz y Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, calificó ayer en COPE Valladolic (la radio de los obispos) de «tremendo» que la solución a un embarazo sea «aniquilar» la vida:
«En una situación de invierno demográfico, en la que los avances de la ciencia permiten decir de manera indubitable que en el seno de una mujer hay una nueva vida, el plantear el aborto como un derecho y el tratar de resolver el conflicto, que reconozco que pueda producirse en determinadas situaciones, pensar que la solución de ese conflicto sea aniquilar, al que además es el más débil, francamente, es algo tremendo».
Además, ante la aprobación en el Consejo de Ministros de la reforma de la Ley del Aborto, Luis Argüello ha indicado:
«No se puede considerar progresista la imposición de la voluntad de poder y del derecho de decidir de una persona sobre alguien tan frágil y vulnerable que es una persona que ya está en el seno de una mujer embarazada».