El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, advierte que las sanciones antirrusas podrían provocar una hambruna en el mundo y una migración masiva sin precedentes.
“Tenemos 10 millones de personas, y si nos manejamos bien, podemos ganar 20 millones. Por eso no nos conviene la introducción de sanciones contra Rusia, que son igual que una bomba atómica, y llevaría a que no podamos alimentar a nuestro pueblo”, ha manifestado este sábado Orbán durante una rueda de prensa conjunta con el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic.
Conforme a las declaraciones de Orbán, la escasez alimentaria causada por los embargos antirrusos podría provocar una ola de migrantes que quieren sobrevivir. “Esta migración no tendrá en cuenta ni a Serbia ni a Hungría, sino que nos desbordará. Si queremos evitarlo, tenemos que proveer de comida a esa gente”, ha declarado.
Además, tras señalar a la pandemia de COVID-19 y calificar los médicos como los héroes del año 2021, ha puesto énfasis en que los próximos héroes en este año serán los agricultores, que tienen que trabajar en circunstancias muy difíciles para evitar la hambruna.
Esta noticia sale a la luz mientras que el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, advirtió el miércoles que la escasez mundial de alimentos podría golpear el planeta en los próximos meses, diciendo que la hambruna global no podría mejorarse sin el acceso a alimentos y fertilizantes rusos y bielorrusos.
Desde el estallido del conflicto ruso-ucraniano, se ha generado una creciente preocupación por la escasez de alimentos y energía en Europa, lo cual ha llevado a los líderes europeos a buscar proveedores alternativos para proporcionar alimentos en sustitución de comestible ruso.