El presidente ruso critica la inacción de la Unión Europea (UE) ante los crímenes de guerra de Ucrania en Donbás e insta a Occidente a dejar de enviar armas a Kiev.
En una conversación telefónica mantenida este martes con su homólogo francés, Emmanuel Macron, el jefe de Estado ruso, Vladímir Putin, ha cuestionado la postura indiferente de los países miembros de la Unión Europea respecto a los crímenes de guerra que cometen las fuerzas de seguridad ucranianas al bombardear indiscriminadamente las ciudades y los pueblos del Donbás, región del este de Ucrania.
De acuerdo con el mandatario ruso, el Occidente “podría ayudar a detener estas atrocidades” ejerciendo una “influencia adecuada” sobre las autoridades ucranianas y, sobre todo, “interrumpiendo el suministro de armas a Ucrania” por parte de países occidentales, en particular Estados Unidos.
Putin ha descrito asimismo los enfoques principales de las negociaciones de paz con Ucrania y ha resaltado que, a pesar de que las autoridades ucranianas no están preparadas para trabajar con seriedad, la parte rusa “sigue abierta al diálogo”.
También los dos mandatarios han abordado los avances del operativo militar en Ucrania, incluida la liberación de Mariúpol y la evacuación de los civiles retenidos por los nacionalistas ucranianos en la planta de Azovstal en la misma ciudad, en el marco del acuerdo alcanzado en la reunión celebrada el 27 de abril entre el presidente ruso y el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres.
A su vez, Macron ha expresado su preocupación por el problema emergente de la seguridad alimentaria mundial debido al conflicto en el este de Europa.
Al respecto, Putin ha dicho que la primera razón del surgimiento de esta complicación es el régimen de sanciones de los países europeos y de EE.UU. contra la Federación Rusa.
El 24 de febrero, el Gobierno ruso inició una operación militar especial en Ucrania para la “desmilitarización” y la “desnazificación” de Kiev. En este marco, los aliados occidentales de Kiev, liderados por EE.UU., empezaron a suministrar armas al país eslavo y continúan con esta medida.
Moscú ha advertido a Occidente de que entregar armas a Ucrania es como echar leña al fuego del conflicto, lo que “tendrá repercusiones trágicas”.
Además, Moscú ha acusado a Kiev de cometer crímenes de guerra contra los rusos y ciudadanos de ascendencia rusa que viven en la región de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. En este contexto, en un informe publicado el 18 de abril, el diario estadounidense The New York Times (NYT) reveló que las fuerzas ucranianas emplearon a principios de marzo municiones de racimo durante un ataque contra la aldea de Gusárovka, ubicada en la provincia de Járkov, en un intento por detener el avance de las tropas rusas.