En una entrevista con el diario canadiense La Presse, publicada el viernes, el francotirador canadiense admitió haber huido de Ucrania después de engrosar las filas de la Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania, precisamente tras la formación de este grupo, a finales del pasado febrero.
En este contexto, confesó que había decidido volver a Canadá debido a un caso que le llevó a punto de terminar su vida.
Wali, apodo del hombre en cuestión, explicó que, un determinado día, cuando tomó posición cerca de una trinchera expuesta al fuego de los tanques rusos, en Donbás, dos reclutas que habían comenzado a fumar, momento en que un proyectil impactó cerca de ellos arrebatándoles la vida. Wali sufrió los efectos de la onda de choque.
El francotirador, quien pasó alrededor de dos meses en la Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania, afirmó que la gestión de dicho grupo fue “terriblemente decepcionante” para muchos de los mercenarios. Particularmente, detalló que las autoridades ucranianas acogieron a todos los mercenarios, sin embargo, “en el campo, los oficiales […] no sabían qué hacer con nosotros”.
Un politólogo asevera que EE.UU. utiliza a Ucrania como una “fuerza mercenaria” para materializar sus propios intereses en cuanto a las tensiones con Rusia.
Añadió que muchos militares extranjeros en la Brigada Normanda, a la que se unió primero, desertaron. En la segunda unidad ucraniana a la que se incorporó cerca de Kiev (la capital), los voluntarios extranjeros afrontaron varios problemas, como la falta de alimentos y de armas.
Asimismo, confirmó que en Ucrania no hizo nada más que disparar dos balas a ventanas “para asustar a la gente”, declarando que, en realidad, nunca estuvo en la primera línea de fuego.
Wali, además, subrayó que los soldados ucranianos carecen de conocimientos técnicos, sin embargo, los calificó de “extremadamente valientes”.