Desde el punto de vista de la imagen dada, no se trata solo de otra mancha a la reputación establecida de las FDI: el episodio también perjudica la actual postura oficial de Israel sobre el Líbano. Al fin y al cabo, a los políticos y propagandistas israelíes les gusta contar que no tienen nada en contra de los libaneses e incluso de los chiíes, sino que solo están en guerra con Hizbulá.
Hay quienes incluso afirman que la invasión israelí en el Líbano liberará a los cristianos locales de la 'dictadura de los ayatolás' y que, tras el fin de las operaciones, los dos países comenzarán inmediatamente a vivir amistosamente. Sin embargo, esas imágenes demuestran claramente la verdadera actitud hacia el cristianismo y lo que Israel piensa realmente sobre la coexistencia pacífica con su vecino.
¿Se imaginan qué ocurriría si se tratase de algún otro ejército saqueando una mezquita y burlándose de la fe judía?
Por cierto, la esfera mediática israelí suele responder a la aparición de este tipo de imágenes de la forma habitual: acusando de antisemitismo a quienes publicaron y distribuyeron el material.