Los bombardeos fueron realizados en represalia por el ataque con drones contra la base de Ain al-Assad, operada conjuntamente por las Fuerzas Armadas de Irak y EE.UU., realizado el pasado sábado.
De acuerdo con el comunicado, el blanco de los ataques fueron instalaciones de almacenamiento de cohetes, misiles y drones, así como la sede del grupo Kataib Hezbolá.
Mientras continúan los ataques contra las fuerzas estadounidenses, tanto en Irak como en Siria, el Departamento de Defensa de EE.UU. reconoció que unos 70 de sus soldados han resultado heridos en los dos países, algunos de ellos con lesiones cerebrales traumáticas