Científicos advierten sobre una nueva amenaza de la inteligencia artificial (IA) que, a diferencia de otros riesgos, no está relacionada con la seguridad de datos o con una posible rebelión de los robots, sino con el daño que estos sistemas tecnológicos causan al medioambiente.
En los últimos años, la IA ha alcanzado nuevos niveles de progreso. Con la creación de ChatGPT, la popularidad de estos grandes modelos lingüísticos ha aumentado y empresas tecnológicas de todo el mundo han creado bots similares basados en inteligencia artificial. Sin embargo, desarrollar y entrenar a estos modelos no solo exige tiempo, sino también mucha energía.
Para que el modelo funcione eficazmente, es necesario darle acceso a la enorme cantidad de datos que tiene que analizar. Un solo ordenador no es capaz de hacerlo, por lo que los sistemas de IA se construyen utilizando centros de datos que contienen una gran cantidad de 'hardware' especializado, como las unidades de procesamiento gráfico (GPU, por sus siglas en inglés), para que el modelo pueda realizar sus tareas.
Alex de Vries, de la Escuela de Negocios y Economía de la Universidad Libre de Ámsterdam (Países Bajos), señaló en su estudio publicado en octubre de 2023 que "en los últimos años, el consumo eléctrico de los centros de datos ha representado un 1 % relativamente estable del consumo eléctrico mundial, excluyendo la minería de criptomonedas". De hecho, en una entrevista con RT, el experto advirtió que "debido a las tendencias digitales, como la minería de criptomonedas y la IA, esta cifra puede crecer fácilmente hasta el 2 % y más en los próximos años".
Además, una investigación de la Universidad de Massachusetts publicada en MIT Technology Review en 2019 señala que el ciclo de entrenamiento de los grandes modelos de IA tiene un impacto significativo en el medioambiente, ya que "todo el proceso puede emitir más de 626.000 libras (casi 280.000 kilogramos) de dióxido de carbono equivalente", lo que representa casi cinco veces las emisiones de un coche medio estadounidense a lo largo de su vida útil.
Vries también expresó su preocupación por el hecho de que la creciente demanda de energía para los centros de datos se satisfaga con combustibles fósiles y no con fuentes de energía renovables, debido a su limitada oferta. "Incluso si ponemos energías renovables en la IA, algo más en algún otro lugar tendrá que ser alimentado con combustible fósil, lo que solo exacerbará el cambio climático", sostuvo.
Sin embargo, no todos comparten la opinión de que la IA es peligrosa para el medioambiente. Así, Avik Sarkar, profesor de la Escuela de Negocios de la India y exdirector del centro de análisis de datos Niti Aayog, considera que el consumo de energía de los sistemas de IA es "minúsculo", especialmente si se compara con el de las infraestructuras urbanas. "Fíjense en cualquier calle principal de las grandes ciudades, la cantidad de iluminación en las vallas publicitarias es tan enorme que las luces son visibles desde el espacio exterior, lo que se conoce como luces nocturnas, que es un gran indicador de desarrollo y crecimiento económico. El consumo de energía es un efecto natural de la urbanización, el capitalismo y el crecimiento económico: tenemos que aprender a vivir con esa realidad", afirmó Sarkar a RT.