Según la enmienda, una mujer transgénero "no podrá ser tenida en cuenta para su ingreso o traslado a una prisión de mujeres" si ha sido condenada por una serie de delitos, como asesinato, agresión, robo, secuestro, violación y acoso sexual.
Sin embargo, el documento establece una excepción si el Equipo de Gestión de Riesgos del Servicio Penitenciario Escocés y luego el Comité Ejecutivo están "convencidos de que hay pruebas convincentes de que [mujeres transgénero] no presentan un riesgo inaceptable de daño a los internos de la prisión de mujeres".
El nuevo documento también establece que los presos que posean un Certificado de Reconocimiento de Género (GRC) pueden ser alojados "según su sexo al nacer si esto se considera necesario para garantizar la seguridad y el bienestar de las personas", según The Herald. Otras medidas incluyen un mayor monitoreo o la reubicación a un sitio diferente donde se puedan reducir o gestionar los riesgos.
Los cambios se realizaron tras la protesta pública, a principios de este año, por el controvertido caso de Isla Bryson. La mujer transgénero compareció por primera vez ante el tribunal, enfrentando cargos por violar a dos mujeres. Tras la condena, el Servicio Penitenciario Escocés tomó la decisión de desviar a Bryson, tras el cambio de género, a la única prisión femenina de Escocia. Posteriormente, debido a la indignación publica, Isla Bryson fue trasladada a una cárcel masculina.