Lo dijo Scott Bennett, exoficial de guerra psicológica del ejército estadounidense y analista antiterrorista del Departamento de Estado, tras las revelaciones de un alto funcionario ucraniano confirmando el rol de Occidente alentando a continuar peleando.
El conflicto en Ucrania podría haber terminado en la primavera de 2022, pero entonces el primer ministro británico, Boris Johnson, convenció a los dirigentes ucranianos de rechazar un acuerdo de paz con Rusia y seguir luchando.
Así lo afirmó el pasado viernes 24 de noviembre en una entrevista el jefe de la delegación de Ucrania en las negociaciones con Rusia, David Arajamia. El líder de la facción Servidor del Pueblo en la Rada Suprema describió las circunstancias de las negociaciones entre Moscú y Kiev en 2022 en una entrevista con un canal ucraniano.
Según Arajamia, la principal exigencia de la parte rusa era la neutralidad de Kiev. La primera ronda de conversaciones tuvo lugar el 28 de febrero de 2022 en Bielorrusia, mientras que la segunda se celebró a finales de marzo en Estambul.
Según sus palabras, Rusia estaba dispuesta a poner fin al conflicto si Ucrania aceptaba el estatus neutral. "Y comprometernos a que no nos uniríamos a la OTAN. De hecho, el punto clave era este", afirmó. A la pregunta de por qué Kiev se negó a aceptar las condiciones de Rusia, Arajamia dijo que en esta decisión influyó, entre otras cosas, el entonces primer ministro británico.
"Cuando volvimos de Estambul, Boris Johnson vino a Kiev y dijo que no firmaríamos nada con ellos [los rusos] y que fuéramos a combatir", reveló.
Scott Bennett dijo que esta información, largamente rumoreada, significaba que tanto Boris Johnson como el presidente de EEUU Joe Biden, quien ha financiado la escalada bélica de Kiev, son "responsables de que más de 500.000 ucranianos inocentes hayan perdido la vida innecesariamente" y que EEUU y el Reino Unido "tienen sangre en sus manos".
El exoficial de guerra psicológica del ejército estadounidense y analista antiterrorista del Departamento de Estado añadió que la decisión "irracional, si no completamente loca" del entonces primer ministro británico "garantizaba la destrucción de Ucrania, que fue exactamente lo que terminó sucediendo".
"Los términos originales de Rusia eran muy justos: número uno: no se ubicarían armas de la OTAN en Ucrania, lo que pondría a los rusos en peligro; y 2) ningún maníaco genocida nazi estaría en posiciones políticas para continuar masacrando a rusos inocentes o prohibiendo la lengua y la cultura rusas en Ucrania", opinó Bennett, agregando que "cualquier persona y nación razonable habría aceptado estos términos".
El exfuncionario de EEUU sugirió incluso que Johnson debería ser juzgado como un "criminal de guerra" por su rol alentando el escalamiento del conflicto en Ucrania. Consultado sobre la razón de que un funcionario ucraniano hiciera esta revelación ahora, Bennett dijo era porque en Kiev "saben que la batalla está perdida".
"Ucrania está destruida. Su ejército está completamente disuelto y todos los ciudadanos ucranianos se volverán contra los dirigentes políticos ucranianos por esta guerra innecesaria y destructiva, que nunca debería haber ocurrido en primer lugar", vaticinó.
Y concluyó: "Esto es similar a cuando en la Segunda Guerra Mundial, el coronel Stauffenburg y algunos funcionarios militares y políticos alemanes intentaron asesinar a Adolf Hitler antes de que Alemania quedara absolutamente arruinada por su locura y egoísmo. La misma situación se aplica a [Volodímir] Zelenski".