Una posible ofensiva terrestre de las tropas israelíes a la Franja de Gaza puede causar enormes sufrimientos humanos y atraer a otros países al conflicto, reporta The Washington Post citando a expertos estadounidenses.
De acuerdo con Kenneth McKenzie Jr., excomandante del Comando Central de EE.UU., la operación puede convertirse en un "baño de sangre". Vaticinó también que la violencia durará mucho más que el ataque del movimiento Hamás, y que los militares israelíes correrán el riesgo de empantanarse en las batallas urbanas.
Gian Gentile, coronel retirado del Ejército estadounidense, afirmó que la escala de la ofensiva "obviamente será mucho mayor" que la de las operaciones en los últimos años. Además, Mick Mulroy, exfuncionario de alto rango del Pentágono, dijo que las Fuerzas de Defensa de Israel disponen de mejores equipos y armas que Hamás, pero los militantes son "muy eficaces" en las batallas urbanas y probablemente estén preparados para la llegada de las fuerzas israelíes.
"Para despejar edificios, sótanos y la amplia red de túneles, tendrán que desmontar su infantería y esencialmente combatir soldado a soldado y bloque por bloque en zonas urbanizadas", destacó Mulroy. "Las fuerzas de operaciones especiales pueden pasar adelante en ataques quirúrgicos para acabar con la cúpula de Hamás y recuperar a los rehenes", añadió.
Por su parte, Yousef Munayyer, investigador principal del Centro Árabe en Washington, subrayó que la retórica de las autoridades israelíes aumenta la posibilidad de asesinatos en masa durante la ofensiva terrestre. Según el analista, la operación puede no solo causar devastación en Gaza, sino también derivar en un conflicto regional.
"Es difícil imaginar que otros actores no se involucren. Y luego se desata el caos", aseveró Munayyer, constatando que es "cada vez más difícil controlar los resultados e implicaciones". Agregó que Hamás acogerá con beneplácito una posible participación de los países árabes y agrupaciones militantes en las hostilidades.