Presten atención, ustedes los ricos: lloren y giman con angustia por todas las calamidades que les esperan. Su riqueza se está pudriendo, y su ropa fina son trapos carcomidos por polillas. Su oro y plata han perdido su valor. Las mismas riquezas con las que contaban les consumirán la carne como lo hace el fuego.
El tesoro que han acumulado se usará como evidencia contra ustedes el día del juicio. Así que, ¡escuchen! Oigan las protestas de los obreros del campo a quienes estafaron con el salario.
El dinero que no les pagaron clama en contra de ustedes. Los reclamos de quienes les cosechan sus campos han llegado a los oídos del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. Sus años sobre la tierra los han pasado con lujos, satisfaciendo todos y cada uno de sus deseos. Se han dejado engordar para el día de la matanza. Han condenado y matado a personas inocentes, que no ponían resistencia.