La generación Z no tiene dotes para debatir por culpa de las redes

Debido a la influencia de las redes sociales, los representantes de la llamada generación Z, personas nacidas entre 1997 y 2012, "ya no tienen las habilidades necesarias para debatir, y llevarse bien incluso con sus colegas de trabajo que puedan tener puntos de vista diferentes". Así lo declaró la semana pasada la jefa del canal televisivo inglés Channel 4, Alex Mahon.
"Lo que estamos viendo con los jóvenes que ingresan al lugar de trabajo, la generación Z, particularmente después de la pandemia y con esta concentración de contenido breve, es que no tienen las habilidades para debatir", enfatizó Mahon, citada por The Independent, en una conferencia de la Real Sociedad de Televisión celebrada en Cambridge.
En este contexto, la CEO de Channel 4 advirtió sobre los peligros que, según su juicio, representa la creciente popularidad del contenido en formato de videos cortos en plataformas como TikTok, YouTube u otras.  Particularmente, Mahon apuntó al hecho de que los videos cortos se recomiendan a los usuarios por un algoritmo que "toma el control" de lo que el internauta ve.
"Cuando el algoritmo está a cargo, las personas dicen que se sienten emocionalmente fuera de control: el golpe inmediato de dopamina se desvanece rápidamente y se sienten vacíos", sostuvo la dirigente televisiva, al señalar que los estudios de Channel 4 indican que el consumo de contenido breve se asocia típicamente con la sensación de "falta de control".
Entretanto, una encuesta realizada para Channel 4 arrojó que los usuarios en Gran Bretaña ven en promedio cinco horas de videos al día en lugar de transmisiones televisivas en directo. Asimismo, los videos cortos con duración de un minuto o menos constituyen el 45 % del consumo audiovisual entre las personas pertenecientes a la franja etaria de 16 y 34 años.
Una investigación publicada el mes pasado por la Ofcom, el órgano regulatorio de las telecomunicaciones de Reino Unido, reveló que el número de espectadores que encienden la televisión abierta semanalmente ha experimentado la bajada más significativa desde el inicio de los registros.