Los enemigos declarados de Irán, el régimen de Israel y Estados Unidos, han pasado meses tramando perversos planes para sabotear los esfuerzos de la nación persa hacia el logro de su prosperidad económica y desarrollo.
Tras la muerte desafortunada, aunque natural, de Mahsa Amini, quien perdió la vida el pasado 16 de septiembre después de que fuera llevada a una comisaría en Teherán por la policía para participar en una clase de educación y orientación sobre las normas de la vestimenta, estallaron disturbios en ciertas partes de Irán.
La desgarradora muerte de Mahsa fue explotada de inmediato por cadenas de televisión financiadas por Arabia Saudí como “Iran International” y otros medios como “BBC” para incitar más disturbios y violencia, que culminaron en un ataque terrorista en la ciudad sureña de Shiraz.
Un terrorista armado irrumpió en el santuario sagrado de Shah Cheraq en Shiraz el pasado miércoles, asesinando a 15 peregrinos inocentes. Los funcionarios de seguridad iraníes ahora están investigando para determinar las circunstancias en torno al atroz ataque terrorista.
El presidente de Irán, Seyed Ebrahim Raisi, advirtió de que el ataque en Shiraz no quedaría sin respuesta. “La experiencia muestra que los enemigos de Irán, después de no poder crear una división en las filas unidas de la nación, se vengan a través de la violencia y el terror. Este mal definitivamente no quedará sin respuesta, y las agencias de seguridad y de aplicación de la ley enseñarán una lección a quienes diseñaron el ataque”, aseguró Raisi.
Los métodos y tácticas que se utilizan en los conflictos híbridos son bastante diferentes de los que se utilizan en las operaciones militares convencionales.
Ejemplos de guerra híbrida, incluyen sanciones económicas, ataques cibernéticos, campañas de desinformación, fomentar el caos y ataques terroristas ciegos, avivar las divisiones sociales a lo largo de divisiones religiosas y étnicas, y respaldar movimientos secesionistas.
Existe una conexión clara entre los desarrollos que han estado ocurriendo en Irán y el uso de la guerra híbrida, que tiene la propaganda como su componente principal y más esencial.
De hecho, las estaciones de televisión anti-Irán han servido como agentes provocadores, transmitiendo información falsa y exagerando la escala de las manifestaciones en un intento vicioso de instigar más violencia y, en última instancia, provocar la desintegración y la guerra civil de Irán.
Tras el mortífero ataque terrorista en Shiraz, del que Daesh se atribuyó la responsabilidad, diferentes países, y políticos lo han condenado y ofrecido sus condolencias a la nación y el gobierno iraníes.
La Cancillería de Venezuela en un comunicado condenó el ataque terrorista en Shiraz. El Gobierno venezolano “eleva su voz para condenar todo acto de índole terrorista, en todas sus formas y manifestaciones, por constituir una de las amenazas más graves a la paz y la seguridad internacional”, manifestó el miércoles la Cancillería de Venezuela en un comunicado.
Siria también denunció que esta tragedia demostró que el terrorismo es uno de los medios oficiales de Estados Unidos para atacar la estabilidad y seguridad de otros países con el objetivo de hacerlos ceder ante las presiones.
Asimismo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Azerbaiyán condenó el ataque terrorista en Shiraz y expresó su solidaridad con las familias de las víctimas.
En una declaración emitida el jueves, el Ministro de Relaciones Exteriores de Armenia expresó sus condolencias al pueblo y al Gobierno de Irán por el martirio de varios ciudadanos iraníes en el ataque terrorista en el santuario sagrado Shah Cheraq.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, condenó enérgicamente el ataque terrorista en Shiraz, y catalogando las acciones que apuntan a los centros religiosos como atroces.
Paquistán y Omán, de igual manera, condenaron dicho ataque terrorista y expresaron su solidaridad con la República Islámica de Irán por la pérdida de vidas de varios civiles.
Aun así, viendo cómo un terrorista de Daesh mata a sangre fría a los civiles en el suroeste de Irán, la hipocresía occidental en el trato con el terrorismo ha quedado expuesta, ya que las capitales occidentales optaron por guardar silencio sobre el atentado en Shiraz.
Ese silencio demuestra que la base de la comprensión occidental del terrorismo es selectiva y dualista.
El fantasma del terrorismo recorre el mundo. Sus zarpas asoman lo mismo en Venezuela, Bolivia, Brasil, que en Irak, Siria e Irán, por mencionar unos pocos lugares. Y la cara más denunciada en todo el mundo es Daesh, que colocó a Al-Qaeda en el plano de aprendiz de pirómano. Pero parece que la política de países occidentales encabezados por EE.UU. respecto al terrorismo lo divide en dos partes; terrorismo bueno y terrorismo malo.
El terrorismo es bueno cuando tiene como objetivo países como Irán, Rusia o China, pero es malo cuando tiene como objetivo los intereses estadounidenses.
La adopción por parte de Washington de un enfoque dual con respecto al terrorismo ha resultado en la violación de leyes y principios internacionales y en deterioro de las medidas antiterroristas globales.
El terrorismo es un problema mundial, puesto que nada viola más los derechos humanos que este flagelo. Para combatir el terrorismo transfronterizo, el mundo necesita cooperación transfronteriza.
Pero antes que nada, todos los países deben llegar a un consenso sobre la definición de terrorismo. Si no se llega a este consenso, no se puede luchar de forma común contra el terrorismo. La determinación de combatir el terrorismo de manera unida y la narrativa del terrorismo bueno y el terrorismo malo no pueden ir juntos.
Para concluir hay que decir que si algún país dispone del aval suficiente para condenar la violencia, por su historia en lucha contra el terrorismo, ese país es precisamente Irán, consciente de que el terrorismo no se escinde en bueno y en malo. Terrorismo es uno y es punible.