Un comandante de Irán señala que Estados Unidos, Israel y otros enemigos, tras sus repetidos fracasos, han optado por generar disturbios en el país persa.
El comandante en jefe del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el general de división Hosein Salami, ha señalado que potencias occidentales, en particular, EE.UU., el régimen usurpador [de Israel] y Arabia Saudí, están cansados de sus fracasos frecuentes como en la guerra en Yemen, formar un gobierno en Irak, El Líbano y Siria; entonces, “cuando vieron la influencia espiritual en Irán, se dieron cuenta de que no podían hacer frente a la nación”.
“La conspiración actual en nuestro país es el resultado de la unión de las políticas de Estados Unidos, el Reino Unido, Arabia Saudí y el régimen sionista, que han sufrido severas derrotas por parte de la nación iraní en los últimos 43 años”, ha afirmado este sábado el militar persa durante la ceremonia fúnebre de las víctimas del ataque al sagrado mausoleo Shah Cheraq, en la ciudad de Shiraz (suroeste).
Al cargar contra EE.UU. por mostrar una imagen falsa de Irán, como centros cerrados, disturbios e inseguridad y ataques a las fuerzas de seguridad, ha alertado que Washington “quiere tomar nuestra religión, les decimos [a nuestros enemigos] que tomaremos su mundo”, ha enfatizado.
Por lo tanto, ha hecho hincapié en que la República Islámica ha expulsado a EE.UU. y sus aliados tanto de Irán como de la región. “Le decimos a Al-Saud y a los medios bajo su control [...] piensen en sí mismos lo que les puede pasar, no estén demasiado tranquilos que les quitaremos la paz”, ha precisado.
“Advierto a Estados Unidos, el Reino Unido y Arabia Saudí que [...] no los dejaremos y nos vengaremos. Expulsamos a Estados Unidos de Irán y de la región y enterraremos sus sueños en esta tierra”, remarca el general Salami.
¿Cómo Irán debe enfrentar la reciente trama occidental en su contra?
Terrorista bueno vs. terrorista malo: ¿El fin justifica los medios?
El atentado terrorista de Shiraz se produjo en momentos en que el país es escenario de disturbios planificados por las potencias extranjeras, aprovechándose de la muerte de la joven iraní Mahsa Amini ocurrido el 16 de septiembre en un hospital en Teherán días después de ser detenida por la Policía.