Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), cree que el panorama económico de la zona euro "se está oscureciendo" debido a la actual situación en Ucrania, según lo declaró durante una audiencia de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo celebrada este lunes en Bruselas (Bélgica).
"La inflación sigue siendo demasiado alta y es probable que se mantenga por encima de nuestro objetivo durante un período prolongado", explicó. "Por lo tanto, el Consejo de Gobierno dio un paso importante para anticipar la transición del nivel predominantemente acomodaticio de las tasas de política hacia niveles que garanticen el regreso oportuno de la inflación a nuestro objetivo a medio plazo del 2 %", añadió.
La jefa del BCE indicó que la economía de la eurozona creció un 0,8 % en el segundo trimestre de 2022. No obstante, esperan que la actividad se desacelere de manera sustancial en los próximos trimestres por varias razones, entre ellas la alta inflación, que está frenando el gasto y la producción de toda la economía.
Asimismo, detalla que la inflación aumentó hasta el 9,1 % en agosto. En este sentido, señaló que el alza de los precios de la energía y de los alimentos se mantuvo extremadamente elevada, siendo los principales contribuyentes a la inflación general. La depreciación del euro también se ha sumado a la acumulación de presiones inflacionistas, agregó.
Lagarde comentó que se espera que la inflación anual se sitúe en el 8,1 este año, al mismo tiempo que anunció que el Consejo de Gobierno ha decidido subir los tres tipos de interés claves del BCE en 75 puntos básicos, lo que se sumaría al incremento de 50 puntos básicos anunciado en julio.
"La inflación sigue aumentando en toda la eurozona, afectando a los ciudadanos en todos los ámbitos de la vida", continuó, para subrayar que "el último Eurobarómetro indica que casi dos de cada tres ciudadanos ven el aumento de la inflación como uno de los dos temas más importantes en este momento".
La presidenta del BCE aseguró que el aumento de los precios de la energía y los alimentos está afectando especialmente a los hogares más vulnerables y se espera que la situación empeore, por lo que es esencial que el apoyo fiscal utilizado para proteger los hogares de tal situación sea "temporal" y "focalizado", hecho que limita el riesgo de alimentar presiones inflacionistas.