Los fariseos, que amaban mucho su dinero, oyeron todo eso y se burlaron de Jesús. Entonces él les dijo: A ustedes les encanta aparecer como personas rectas en público, pero Dios conoce el corazón. Lo que este mundo honra es detestable a los ojos de Dios.
Hasta el tiempo de Juan el Bautista, la ley de Moisés y el mensaje de los profetas fueron sus guías. Pero ahora se predica la Buena Noticia del reino de Dios, y todos están ansiosos por entrar. Pero eso no significa que la ley haya perdido su fuerza. Es más fácil que el cielo y la tierra desaparezcan, a que el más pequeño punto de la ley de Dios sea anulado.