En una entrevista concedida este lunes a la agencia británica Reuters, el gobernador ucraniano de Lugansk, Serhiy Gaidai, ha anunciado la posibilidad de que las ciudades de Sloviansk y Bakhmut, en la región de Donetsk, sufran un fuerte ataque de las fuerzas rusas.
De hecho, Rusia, que reconoció la independencia de Lugansk y Donetsk tres días antes de lanzar su campaña militar en Ucrania, el pasado 24 de febrero, ya ha empezado a bombardear Bakhmut.
Gaidai ha considerado la caída de la ciudad ucraniana de Lisichansk, en Lugansk, como un suceso doloroso para las autoridades ucranianas. “En términos militares, es malo dejar posiciones, pero no hay nada crítico. Necesitamos ganar la guerra, no la batalla por Lisichansk”, ha manifestado.
Gaidai, además, ha puesto énfasis en que la retirada de las tropas ucranianas ha sido realizada para salvar las vidas de los soldados ucranianos que estaban en peligro de ser rodeados.
Rusia afirmó el domingo la liberación completa de la autoproclamada república popular de Lugansk, luego de que las fuerzas ucranianas se retiraran de la ciudad de Lisichansk; aunque Gaidai ha señalado en la entrevista que los combates continúan en dos pequeñas aldeas.
En más de 130 días desde el inicio de su operación, los militares rusos están consolidando sus posiciones en el este de Ucrania, lo que significa que se han retirado de la región central y el norte para seguir con su objetivo principal, la “desmilitarización” del Donbás, a pedido de las autoridades de esta región.
Con todo, Moscú ha asegurado que las fuerzas rusas no ejecutan ataques contra las ciudades ucranianas, por lo que su operación militar no implica ninguna amenaza para la población civil del país eslavo.