La inflación, la desaceleración económica y la pobreza ya venían azotando con fuerza a América Latina y el Caribe por la pandemia y otros contextos internacionales, pero ahora incrementan su ritmo debido al conflicto en Ucrania, alertó la CEPAL, organismo de las Naciones Unidas.
"La región enfrenta contextos y escenarios geopolíticos que han significado una fuerte desaceleración económica, aumentos de la inflación y una lenta e incompleta recuperación de los mercados laborales, lo que aumentará los niveles de pobreza", consignó en conferencia de prensa el secretario ejecutivo interino de CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), Mario Cimoli.
No obstante, Cimoli hizo énfasis en que, si bien la tensión en Ucrania ha sido un factor determinante para la deteriorada situación económica en la región, fenómenos como la pandemia del COVID-19 y la guerra comercial entre Estados Unidos y China de 2018 ya venían afectando desde antes, generando una suma de problemáticas.
"Esto no es una sola crisis, es una secuencia de crisis y leer el conflicto de Ucrania como un problema por sí solo es un error", afirmó.
Las expectativas de crecimiento para América Latina y el Caribe de CEPAL son de solo 1,8% este año, muy por debajo de la expansión de 6,3 en 2021, siendo los países más afectados: Brasil (0,4% de crecimiento del Producto Interno Bruto este año), Paraguay (0,7%) y Chile (1,5%).
El conflicto en Ucrania repercutió directamente en el comercio y en la exportación de alimentos e hidrocarburos, impulsando una inflación en América Latina que ya venía creciendo producto de la pandemia: al cierre de 2021, el incremento anual de precios al consumo en la región fue de 6,6%, pasando a 8,1% en abril de 2022.
"La inflación en nuestra región es importante, ya que no es lo mismo que este fenómeno afecte a economías como la europea o la estadounidense, donde hay bancos centrales potentes, que tener inflación en nuestras economías, donde nuestros bancos centrales tienen un rol que, si bien, no es marginal, no tiene el mismo peso", dijo Cimoli.
CEPAL estimó que en 2022 la pobreza regional afectará a 33,7% de la población, 1,6 puntos porcentuales más que lo que se proyectaba en 2021 para este año, mientras que la pobreza extrema llegará a 14,9%, 1,1 puntos más que lo estimado el año pasado.
"Es necesario, en lo inmediato, sostener el bienestar de los sectores más pobres, ya que este fenómeno aumentará el desempleo y las más afectadas serán las mujeres, sobre todo en familias monoparentales con jefaturas femeninas", advirtió el secretario ejecutivo.
CEPAL entregó una serie de recomendaciones a sus naciones integrantes destinadas a mitigar los efectos de la crisis, principalmente en materia de política macroeconómica y de subsidios.
"Los países deben usar todos los instrumentos de política monetaria y fiscal disponibles, impulsando medidas inmediatas como impuestos a la renta extraordinaria o paquetes fiscales para fortalecer los ingresos de las familias", señaló.
Además, pidió a los gobiernos que no impongan restricciones al comercio internacional, principalmente al de los alimentos, e incluso, los instó a aumentar los subsidios para mantener los precios y garantizar un mejor acceso a ellos.
"Se deben crear en el mediano plazo, políticas agrícolas e industriales con apoyo a la producción agropecuaria, además del aumento de eficiencia en uso y producción de fertilizantes", agregó.
Por último, CEPAL pidió generar mecanismos de estabilización de precios de los combustibles, junto con subsidios focalizados y temporales a las personas y sectores más vulnerables, sin dejar de lado las políticas a largo plazo para impulsar fuentes alternativas de energía renovable.
El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció en la madrugada del 24 de febrero el lanzamiento de una operación militar especial en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al genocidio por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Numerosos países condenan la operación militar rusa en Ucrania y apoyan a Kiev con suministros de armas, donaciones, ayuda humanitaria y sanciones contra Moscú.