Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá.
Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido.
Nadie le da a su hijo una piedra, si él le pide pan. Ni le da una serpiente, si le pide un pescado.
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor razón Dios, su Padre que está en el cielo, dará buenas cosas a quienes se las pidan.