Las subvariantes de Ómicron BA.4 y BA.5 podrían aumentar los casos de COVID-19 en Estados Unidos durante este verano, aunque con menor prevalencia de graves, críticos o fallecidos, sugieren nuevas investigaciones.
Según las actualizaciones más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) y la empresa de genómica Helix, se calcula que las variantes BA.4 y BA.5 representaron conjuntamente entre el seis y el siete por ciento de las nuevas infecciones en EE.UU. a finales de mayo.
“Es una amenaza grave”, escribió en un correo electrónico el Dr. David Ho, profesor de microbiología e inmunología de la Universidad de Columbia en Nueva York. “Hace tan solo un mes, era del 0,02 por ciento”.
Especialistas del CDC encontraron también que los virus BA.4 y BA.5 tienen cuatro veces más probabilidades de evadir a los anticuerpos en las personas vacunadas y han recibido refuerzos en comparación con la subvariante BA.2.
Significa ello, que son más propensas a provocar infecciones posvacunación, incluso en personas que se hayan contagiado con la COVID-19 anteriormente, explicaron los expertos.
“Por ello, será necesario actualizar las vacunas y los refuerzos en las próximas semanas o meses. El objetivo es preparase para más infecciones, pero no necesariamente enfermedades más graves o muertes”, dijo Ho.