El Departamento de Defensa de Australia informó este domingo que un avión de vigilancia marítima Boeing P-8 Poseidon de la Real Fuerza Aérea Australiana fue interceptado el pasado 26 de mayo por un caza J-16 chino en el espacio aéreo internacional sobre el mar de la China Meridional mientras realizaba "una actividad rutinaria".
El organismo declaró en un comunicado que "la interceptación dio lugar a una maniobra peligrosa que supuso una amenaza para la seguridad del P-8 y su tripulación" y agregó que Canberra ha planteado al Gobierno del gigante asiático "su preocupación por el incidente".
Por su parte, el ministro de Defensa australiano, Richard Marles, detalló que "cuando volaba cerca del costado", el caza chino "soltó bengalas" y añadió que "entonces el J-16 aceleró y cortó el morro del P-8, colocándose delante" a muy corta distancia. "En ese momento, soltó una nube antirradar, que contiene pequeños trozos de aluminio, algunos de los cuales fueron ingeridos en el motor del avión P-8", apuntó Marles durante una conferencia de prensa, calificando el incidente de "muy peligroso".
La Defensa australiana afirmó que durante décadas ha llevado a cabo la vigilancia marítima en la región y "lo hace de acuerdo con el derecho internacional, ejerciendo el derecho a la libertad de navegación y sobrevuelo en aguas y espacio aéreo internacionales". "Ese incidente no disuadirá a Australia de seguir participando en estas actividades, que están dentro de nuestros derechos y del derecho internacional, para garantizar que haya libertad de navegación en el mar de China Meridional, porque eso redunda fundamentalmente en el interés de nuestra nación", concluyó Marles.
El pasado mes de febrero, Canberra ya había acusado a Pekín, afirmando que un barco de la Marina china había apuntado con un rayo láser a un avión P-8A Poseidon australiano. En mayo, las autoridades australianas afirmaron que un buque de inteligencia chino había aparecido en la zona económica exclusiva de Australia frente a la costa occidental del continente. China negó en ambas ocasiones que sus militares hubieran realizado infracción alguna.
A su vez, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, pidió este viernes a Canberra que tome "medidas concretas" para restablecer las relaciones bilaterales y afirmó que el punto crucial de las dificultades en su cooperación fueron durante los últimos años las fuerzas políticas de Australia, que insistieron en ver a Pekín como un rival en lugar de un socio, considerando su desarrollo como una amenaza en lugar de una oportunidad.
El jefe de la diplomacia china señaló durante una visita a Papúa Nueva Guinea que esa mentalidad condujo a un "retroceso significativo" en los intercambios tras años de "política positiva y pragmática de China", recoge South China Morning Post. "No existe un modo de 'piloto automático' para mejorar las relaciones entre China y Australia. Un reinicio requiere acciones concretas", manifestó. "Esto responde a las aspiraciones de ambos pueblos y a la tendencia de nuestro tiempo", añadió.
Las declaraciones de Wang se producen en medio de un cauto optimismo sobre la posibilidad de que el cambio de poder en Australia ofrezca una oportunidad de recomponer los lazos tras más de dos años de acritud, especialmente por disputas comerciales. El laborista Anthony Albanese ganó a finales de mayo las elecciones federales, poniendo fin a casi cuatro años de gobierno del liberal Scott Morrison. La etapa de Morrison en el cargo estuvo marcada por algunos de los peores momentos en las relación entre Canberra y Pekín en décadas, por cuestiones como el origen del coronavirus, los presuntos abusos de los derechos humanos en Xinjiang y las cuestiones del mar de China Meridional y el estrecho de Taiwán.
Los analistas esperan que la política hacia China del nuevo primer ministro australiano sea menos "provocadora", aunque Albanese admitió que la relación con Pekín seguirá siendo "difícil". "Es China la que ha cambiado, no Australia, y Australia debe defender siempre nuestros valores, y así lo haremos en el Gobierno que yo dirijo", dijo la semana pasada.