Estas preocupaciones ponen asimismo de manifiesto cierta desconfianza de Berlín hacia el presidente ucraniano Vladímir Zelenski, que también es una de las razones por las que el Gobierno alemán no ha autorizado a su industria de defensa a entregar carros de combate a Kiev.
Además, según las fuentes de Spiegel, Alemania nunca podría convertirse en el primer país en entregar este tipo de armamento a Ucrania por motivos históricos, ya que ese paso podría conllevar a que tanques alemanes vuelvan a ingresar a Rusia décadas después de la invasión nazi de la Unión Soviética.
Si bien el embargo al envío de carros de combate a Ucrania nunca se ha discutido a nivel de la OTAN, informantes del medio indicaron que existe un acuerdo extraoficial al respecto entre EE.UU., Reino Unido y Francia.
Durante una reunión con la Comisión de Defensa en el Parlamento federal (Bundestag) a mediados de mayo, el canciller alemán Olaf Scholz afirmó que Berlín continuará suministrando armas a Ucrania mientras sea necesario para apoyarla "en su batalla defensiva". Pese a indicar que cuando se trata de entregas de armas no hay "principios eternos", agregó que el envío de tanques permanecía descartado.
Vago en sus comentarios públicos, Scholz reitera que no hay "principios absolutos" y que Alemania coopera con sus socios para calcular "los riesgos y la eficacia militar".
