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Asimismo, Rusia alerta que las sanciones en su contra y la decisión de Finlandia de ingresar en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tendrán repercusiones en los propios europeos.
La operación militar especial rusa en Ucrania, para la desnazificación y la desmilitarización de Kiev, fue recibida con beneplácito no solo entre los rusos, sino también en el este de Ucrania. Las élites occidentales, no obstante, impusieron sanciones contra Moscú para presionarla a detener esta operación. En una reunión con miembros del Gobierno sobre temas económicos, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, alertó que las medidas coercitivas generarán una crisis mundial.
Putin lamentó que los occidentales están dispuestos a sacrificar al resto del mundo para mantener su dominio global. Añadió varios países se enfrentan actualmente a una amenaza de hambruna, solo por culpa de ciertas naciones.
En cuanto a los lazos entre Rusia y el Occidente, se desvanecieron las pocas esperanzas de una mejora, en concreto, después de que Finlandia anunciara que planea solicitar, sin demora, su membresía en la OTAN. Rusia alertó que tal medida no contribuirá a la seguridad de Europa.
El Kremlin afirmó que nadie desea choques entre Rusia y la OTAN, pero todo estará sujeto al proceso de expansión del bloque militar, liderado por Estados Unidos. La Cancillería rusa, a su vez, alertó que Moscú se verá obligado a tomar medidas recíprocas, para hacer frente a las amenazas a su seguridad nacional que surgen en relación con la expansión foránea hacia sus fronteras
