Un tribunal de primera instancia de Israel emitió el domingo un fallo preliminar que permite a los colonos israelíes realizar sus oraciones talmúdicas dentro la Mezquita Al-Aqsa, sita en la ciudad de Al-Quds (Jerusalén), una decisión que generó una ola de protestas de los palestinos.
Mushir al-Masri, un alto miembro del Movimiento de la Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), consideró la medida como una declaración de guerra religiosa que auparía la política de judaización de Al-Quds y Al-Aqsa por el régimen ocupante.
Al señalar que la decisión muestra la determinación de Israel para llevar a cabo su malvado plan contra el sagrado recinto, advirtió que “los dedos de los combatientes de la Resistencia [palestina] están en el gatillo y estamos siguiendo de cerca los acontecimientos”.
Asimismo, aseguró que los grupos de la Resistencia nunca se quedarán de brazos cruzados, por lo tanto, si ese régimen no recibe los mensajes de los palestinos a través de los mediadores, serán transmitidos a Israel mediante el disparo de misiles y futuras batallas.
“Le decimos al régimen sionista de ocupación que no pruebe la espada de la Resistencia. La versión de la operación ‘Espada de Al-Quds’ es renovable y no se limitará a una sola arena”, dejó claro Al-Masri, en una entrevista con la cadena catarí Al Jazeera.
Por su parte, el Ministerio palestino de Asuntos Exteriores alertó que la medida encenderá toda la región de Asia Occidental, a la vez que responsabilizó al gabinete israelí por la decisión y sus graves consecuencias.
Ante tal coyuntura, urgió a la comunidad internacional que intervenga de inmediato con el fin de detener implementación del fallo.
La medida se produjo una semana antes de que los israelíes realicen la llamada marcha de las banderas. De hecho, Ismail Haniya, jefe de la dirección política de HAMAS, aseguró la misma jornada que ni los palestinos, ni la Resistencia “permitirán la implementación de [ideas] tontas sobre la Mezquita Al-Aqsa”.
