Alemania, el mayor consumidor europeo de gas ruso, advierte sobre las consecuencias de un embargo inmediato al petróleo y el gas rusos por la crisis en Ucrania.
“Está claro que debemos poner fin lo más rápido posible a todos los lazos económicos con Rusia, pero por el momento no es posible cortar el suministro de gas”, ha afirmado este lunes el ministro federal de Finanzas de Alemania, Christian Lindner.
En sus declaraciones ofrecidas en Bruselas, capital de Bélgica, antes de participar en una reunión con sus colegas de la Unión Europea (UE), el titular alemán ha dicho que todas las opciones están sobre la mesa, pero hay que tener en cuenta que una prohibición general de todas las importaciones de energía rusa infligirá más daño económico a los Estados miembros del bloque europeo que a Rusia.
En este contexto, Christian Sewing, director ejecutivo de Deutsche Bank, entidad bancaria más grande de Alemania, ha alertado que un embargo sobre la energía importada de Rusia llevará a los países europeos a una inflación que, al menos, tardará tres décadas. “Tendremos permanentemente un fenómeno que no hemos visto en los últimos 30 años y es la inflación a largo plazo”, ha afirmado al respecto.