Rusia advierte de ataques planificados del batallón Azov a diplomáticos de países occidentales, entre ellos EE.UU., en Leópolis, sita en el oeste de Ucrania.
El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, denunció el sábado los planes del llamado batallón Azov —una unidad militar de extrema derecha de voluntarios neonazis que operan en Ucrania como una fuerza de reserva de las Fuerzas Armadas del país—.
“Un agente [entregado] del servicio secreto ucraniano [SBU, por sus siglas en ucraniano] ha informado de atentados terroristas planificados por milicianos del batallón nacionalista Azov en Leópolis contra trabajadores e instalaciones de misiones diplomáticas de Estados Unidos y otros países occidentales”, dijo Konashenkov.
De acuerdo al vocero, Kiev está al tanto de los planes de los militantes de Azov, sin embargo, no ha tomado medidas para evitarlos, puesto que tiene pensado acusar a las fuerzas rusas de tales ataques.
Además, según recoge la agencia rusa de noticias TASS, Kiev busca presionar a los países de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) para que impongan una zona de exclusión aérea sobre Ucrania y suministren más armamento a las fuerzas ucranianas.
En este contexto, Konashenkov anunció el miércoles el hallazgo de un mapa en el que se especifica la existencia de instalaciones que almacenan sustancias tóxicas y sus tipos en Ucrania. SBU prepara una operación de falsa bandera con el uso de estas sustancias contra civiles, para luego “culpar a Rusia del uso de armas químicas contra la población de Ucrania”, alertó.
En otra parte de sus declaraciones, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso destacó que las fuerzas rusas efectuaron, durante la noche anterior, disparos contra 69 instalaciones militares en territorio ucraniano, incluidos 12 almacenes militares y 43 lugares de estacionamiento de vehículos castrenses.
Con todo, Moscú ha dejado claro que no tiene planes para ocupar el territorio ucraniano, sino su operación militar en Ucrania tiene como fin la “desmilitarización” y “desnazificación” del país vecino y evitar que el bloque militar, encabezado por Estados Unidos, convierta a Ucrania en una base antirrusa.