La santificación (A)

Hemos visto que una vez que aceptamos a Cristo como Salvador estamos justificados, entramos en una
Nueva Relación con cada una de las tres Personas de la Trinidad y nunca más estaremos perdidos. En este estudio comenzamos a considerar otra parte de nuestra salvación, la Santificación. El tema de la Santificación trata del poder del pecado en la vida del cristiano.
La justificación tiene relación con el pasado (una vez que me he convertido en cristiano); la santificación tiene relación con el presente. La justificación es la misma para todos los cristianos, pero es obvio que la santificación ha llegado más lejos en algunos cristianos que en otros.
Rom 8:28  Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 
Rom 8:29  Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 
La salvación no es un espacio en blanco desde que somos justificados hasta que alcanzamos el cielo.
Si verdaderamente hemos tomado a Cristo como Salvador, esto significa muchas cosas para nuestro presente, incluyendo el hecho de que nuestras vidas deberán demostrar que somos de Cristo.
Col 1:1  Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, 
Col 1:2  a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 
Col 1:3  Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, 
Una vez que hemos aceptado a Cristo como Salvador. ello debería significar una diferencia en la vida que vivimos.
Jua 15:1  Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 
Jua 15:2  Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 
Jua 15:3  Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 
Jua 15:4  Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 
Jua 15:5  Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 
Si un hombre es verdaderamente cristiano habrá fruto espiritual en su vida.
1Ts 5:23  Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 
Heb 13:20  Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 
Heb 13:21  os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. 
Dios Padre está activo en nuestra santificación.
Efe 5:25  Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 
Efe 5:26  para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 
Tit 2:11  Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, 
Tit 2:12  enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, 
Tit 2:13  aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, 
Tit 2:14  quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. 
Dios Hijo está activo en nuestra santificación.
1Co 6:11  Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. 
2Co 3:18  Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
2Ts 2:13  Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, 
Dios Espíritu Santo está activo en nuestra santificación.
Rom 12:1  Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 
Rom 12:2  No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. 
Rom 12:3  Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. 
Rom 12:4  Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, 
Rom 12:5  así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. 
Rom 12:6  De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 
Rom 12:7  o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 
Rom 12:8  el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. 
Rom 12:9  El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. 
Rom 12:10  Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. 
Rom 12:11  En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; 
Rom 12:12  gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; 
Rom 12:13  compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. 
Rom 12:14  Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. 
Rom 12:15  Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. 
Rom 12:16  Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. 
Rom 12:17  No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. 
Rom 12:18  Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. 
Rom 12:19  No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. 
Rom 12:20  Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. 
Rom 12:21  No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
2Co 7:1  Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. 
Col 3:1  Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 
Col 3:2  Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 
Col 3:3  Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 
Col 3:4  Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. 
Col 3:6  cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,
Estos versículos son ejemplo de los muchos mandatos dados en la Biblia a los cristianos en cuanto a cómo debemos caminar en esta vida. Como cristianos, la Ley de Dios es nuestra regla de vida. El ser cristiano debería tener su influencia en todos los aspectos de nuestra existencia.
1Co 6:20  Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
No somos salvados por las buenas obras, pero después de ser salvados deberíamos mostrar nuestra gratitud mediante las buenas obras.
Mat 22:37  Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 
Mat 22:38  Este es el primero y grande mandamiento. 
Apo 2:1  Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: 
Apo 2:2  Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; 
Apo 2:3  y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. 
Apo 2:4  Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 
Apo 2:5  Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. 
El único motivo fundamental aceptable para Dios que podemos tener nosotros al querer reparar nuestros pecados y crecer espiritualmente es nuestro amor hacia El. El temor a ser descubiertos, etcétera, no bastará; debemos querer vivir una vida cristiana porque amamos al Señor y deseamos glorificarle.
Jua 15:8  En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. 
Cuando un creyente peca, no está glorificando a su Padre Celestial como debiera.
Flp 1:20  conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. 
Cuando un creyente peca, no está demostrando la gloria de Cristo en su cuerpo tal como debiera el hombre nacido de nuevo.
Rom 8:9  Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 
Gál 5:16  Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 
Gál 5:17  Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 
Gál 5:18  Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 
Gál 5:19  Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 
Gál 5:20  idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 
Gál 5:21  envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 
Gál 5:22  Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 
Gál 5:23  mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 
Gál 5:24  Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 
Gál 5:25  Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. 
Efe 5:18  No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, 
Efe 4:30  Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención
1Ts 5:19  No apaguéis al Espíritu. 
Cuando una persona acepta Cristo como Salvador, el Espíritu Santo mora inmediatamente en él. Se produce una contradicción cuando Un creyente peca, pues va tras la carne y no tras el Espíritu.
Cuando un creyente peca no está lleno del Espíritu Santo que mora en él. Cuando un creyente peca lastima y apaga al Espíritu Santo que mora en él.
1Jn 1:3  lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 
1Jn 1:4  Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. 
1Jn 1:5  Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. 
1Jn 1:6  Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 
1Jn 1:7  pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 
1Jn 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 
Cuando un cristiano peca, no pierde su salvación. La sangre de Cristo es bastante para cubrir el pecado, y Cristo. a la diestra de Dios Padre, intercede por nosotros. Pero cuando un cristiano peca, sí rompe su buena relación con Dios. Si un niño es desobediente no deja de ser hijo de su padre, pero la alegría de la relación padre-hijo desaparece.
Si nuestra relación con nuestro Padre Celestial se rompe a causa del pecado, no podemos esperar poder espiritual ni podemos esperar alegría espiritual ninguna hasta que no volvamos a reanudar la comunión.
Heb 12:5  y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 
Heb 12:6  Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. 
Heb 12:7  Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 
Heb 12:8  Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. 
Heb 12:9  Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? 
Heb 12:10  Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. 
Heb 12:11  Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. 
Cuando un creyente peca, Dios como un padre amante lo castiga en esta vida así como un buen padre humano castiga a su hijo. Dios no hace esto para dañar nuestros pecados fueron castigados una vez para siempre en el Calvario, sino para producir el apacible fruto de virtud en nuestras vidas. Sin embargo, recuerden que todos los males de la vida no son necesariamente debidos al pecado personal, Con referencia a esto último recuerden las palabras de Dios.
1Co 5:9  Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; 
1Co 5:10  no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo.
Co 3:11  Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 
1Co 3:12  Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 
1Co 3:13  la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 
1Co 3:14  Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 
1Co 3:15  Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
Luc 19:11  Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. 
Luc 19:12  Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. 
Luc 19:13  Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo. 
Luc 19:14  Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. 
Luc 19:15  Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. 
Luc 19:16  Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. 
Luc 19:17  El le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. 
Luc 19:18  Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. 
Luc 19:19  Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. 
Luc 19:20  Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; 
Luc 19:21  porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. 
Luc 19:22  Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; 
Luc 19:23  ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses? 
Luc 19:24  Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. 
Luc 19:25  Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. 
Luc 19:26  Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 
Luc 19:27  Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí.
En la vida futura habrá «recompensa» para" el cristiano según la vida vivida ahora, después de haber llegado a ser cristianos. En Lucas observen la diferencia entre los cristianos que reciben recompensas y los no cristianos que son dejados a un lado.
1Co 11:31  Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; 
1Co 11:32  mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.
Cuando un cristiano peca, su comunión puede ser restituida. La primera cosa necesaria es aceptar que lo que hemos hecho es pecado; si no hacemos esto, tan seguro como que Dios Padre es nuestro Padre, nos castigará.
Jn 1:1  Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida 
1Jn 1:2  (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); 
1Jn 1:3  lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 
1Jn 1:4  Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. 
1Jn 1:5  Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. 
1Jn 1:6  Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 
1Jn 1:7  pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 
1Jn 1:8  Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 
1Jn 1:9  Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 
Después de un examen de conciencia, aceptando que su pecado es pecado, el creyente debe entonces con arrepentimiento confesarse a Dios, no a un hombre, sino directamente a Dios. El es nuestro Padre y en oración podemos llegar a su presencia en cualquier momento. Después de haberse confesado así, el asunto queda terminado a menos que yo hay dañado al prójimo con mi pecado y entonces, por supuesto, debo hacer reparación.
Ahora mi asociación con Dios queda restituida.
1Jn 1:8  Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros
Stg 3:2  Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. 
1Re 8:46  Si pecaren contra ti (porque no hay hombre que no peque), y estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que los cautive y lleve a tierra enemiga, sea lejos o cerca, 
El proceso de la santificación continúa hasta la muerte. El cristiano siempre tiene nuevo terreno que ganar para Cristo, por la gracia de Dios .