Stonehenge no es natural

Una investigación científica ha logrado comprobar que las enormes fosas del período neolítico encontradas cerca de Stonehenge no son de origen natural, sino que fueron construidas por manos humanas.
Cuando se descubrieron una serie de profundos pozos cerca del monumento de Stonehenge el año pasado, los arqueólogos lo describieron como la estructura artificial prehistórica más grande jamás encontrada en el Reino Unido. El hallazgo, sin embargo, generó controversias. Diversos arqueólogos insistieron en que las fosas surgieron de manera natural en el paisaje.

Ahora, una serie de pruebas científicas ha determinado que los enormes pozos, alineados para formar un círculo de unos dos kilómetros de diámetro, realmente son obras de humanos. La estructura se excavó en el terreno hace casi 4.500 años, detalló The Guardian.

Los investigadores creen que los pozos servían para guiar a las personas a un área sagrada, ya que el monumento de Durrington Walls, se encuentra precisamente en su centro. El sitio está ubicado a unos tres kilómetros al noreste de Stonehenge.
Cada pozo tiene unos 10 metros de ancho y unos 5 metros de profundidad y, según la investigación más reciente, los individuos del neolítico que construyeron Stonehenge fueron los mismos que cavaron este monumento.
"Está confirmado que [las fosas] son todas muy similares, lo cual es fascinante. Si estas fueran características naturales como sumideros, serían de diferentes tamaños", afirmó Tim Kinnaird, especialista de la Escuela de Ciencias de la Tierra y el Medioambiente de la Universidad de Saint Andrews (Escocia).
Las fosas agregan evidencia a la idea de que los primeros habitantes del Reino Unido, principalmente las comunidades agrícolas, poseían una forma de contar, utilizando cientos de pasos para medir los pozos.

Además, estos pozos ofrecen más detalles acerca de la complejidad de las estructuras monumentales del paisaje en donde se encuentran. Mientras Stonehenge se posicionó en relación con los solsticios, la ubicación de los pozos puede haber tenido un significado cosmológico, creen los científicos.