En este sentido, Blinken puso énfasis en que EE.UU. ve a Pekín como un “competidor” que desafía el orden internacional existente basado en las reglas. “Nuestra relación con China será competitiva cuando tenga que ser, colaborativa cuando pueda ser y contradictoria cuando deba ser”, señaló en una conferencia de prensa.
De hecho, según ha subrayado este mismo miércoles un alto funcionario israelí al diario The Times of Israel, los funcionarios de la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, habían expresado en el pasado su preocupación por la inversión china con sus homólogos israelíes, pero “a puerta cerrada”.
Conforme al funcionario israelí, el primer ministro del régimen israelí, Naftali Bennett, se había preparado en agosto para abordar el asunto en su reunión en la Casa Blanca con Biden, pero el tema “nunca se planteó”.
Asimismo, el diario ha resaltado que, de momento, Isreal está dispuesto a modificar sus relaciones con el gigante asiático, pero las solicitudes de Washington de rechazar las ofertas de ciertas empresas chinas ha desanimado al régimen israelí. “El rechazo de EE.UU. se produce mientras que esas mismas firmas están operando en suelo estadounidense”, ha indicado.
Además, el medio israelí ha recalcado que las guerra comercial entre el país norteamericano y el gigante asiático han surgido en los últimos años sobre todo bajo las administraciones del expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021) y el actual, Biden.
El funcionario israelí también ha informado de que es posible que Blinken utilice su reunión con Lapid para volver a “subrayar el apoyo duradero de EE.UU. a la seguridad israelí”, incluido el compromiso del Gobierno norteamericano con el reabastecimiento del escudo antimisiles israelí Cúpula de Hierro en los territorios ocupados palestinos.
De acuerdo al medio israelí, un proyecto de ley para enviar a Israel mil millones de dólares adicionales en fondos para el referido sistema antimisiles fue aprobado “abrumadoramente” en la Casa Blanca, sin embargo, desde entonces ha sido estancado en el Senado del país norteamericano por el republicano Rand Paul, un libertario que se opone a la ayuda exterior de EE.UU. a Israel.
