El movimiento de Lausana ha advertido que la teología de la prosperidad es "falso" y está ganando terreno alrededor del mundo, incluyendo a occidente.
La advertencia fue en una reunión de 40 intelectuales, pastores y profesionales de todos los continentes, realizado en Sao Paulo para considerar la naturaleza de la teología de la prosperidad y su impacto en el mundo.
Lausana fue claro en hacer una distinción entre la predicación bíblica sobre dinero y Finanzas, y la manera cómo la teología de la prosperidad "socavan la verdad del Evangelio, parodian la gracia de Dios y atribuyen un poder al predicador".
Estas formas de la teología de la prosperidad, dijo el movimiento, son una "parodia del poder del Espíritu Santo, que debe obrar a través de la predicación exacta de las escrituras".
La falsa teología de la prosperidad está siendo predicado alrededor del mundo, con el seudo pastor Femi Adeleye de World Vision International, quien propaga esta doctrina debida en parte a la influencia de los tele-evangelistas estadounidenses.
La consulta concluyó también que "hay una sola 'teología de la prosperidad'", y que "no puede haber una verdadera relación bíblica entre la bendición y la prosperidad humana". "También se reconoció... que Dios bendice en efecto de formas materiales," dijo Lausanne.
La consulta señaló además que la teología de la prosperidad podría crear dificultades "no menos importante para el bíblicamente analfabeto (los nuevos convertidos) que son incapaces de calibrar la enseñanza que oyen".
La consulta fue organizada por Valdir Steuernagel, miembro de la Junta Directiva de Lausana y Marcos Amado, Director de Lausana Internacional Adjunto para América Latina.
Una declaración condenatoria emitida a raíz de las reuniones de Akropong en Ghana en 2009 dice: "Es nuestra opinión general que las enseñanzas de aquellos que promueven el "evangelio de la prosperidad" son falsas y distorsionan gravemente de la Biblia, que su práctica es a menudo poco ético y sin Cristo, y que el impacto en muchas iglesias es pastoralmente dañino, espiritualmente malo y no sólo no ofrece ninguna esperanza duradera, sino que incluso puede desviar a la gente del mensaje y los medios de la salvación eterna. En tales circunstancias solo puede ser descrito como un falso evangelio".
Las conclusiones de esta reunión se hacen eco del compromiso en Ciudad del Cabo, el documento final de Lausana III, que refuta como "antibíblico la enseñanza que bienestar espiritual puede medirse en términos de bienestar material, o que la riqueza es siempre un signo de la bendición de Dios".