Siempre doy gracias a mi Dios al recordarte en mis oraciones, porque he escuchado del amor que tienes por todo el pueblo santo de Dios y también de la fe que tienes en nuestro Señor Jesucristo. Le pido a Dios que tu participación en la fe sea tan activa que te sirva para conocer todo lo bueno que podemos hacer a favor de Cristo. Estoy muy contento y alegre porque con tu amor, hermano, has animado al pueblo de Dios.