Luna, que actualmente tiene cuatro años, y su madre, Carol Fenner, viajaron a Krasnodar en 2019 para eliminar la pigmentación congénita gigante de la niña, que corría el riesgo de ser maligna. Tras una serie de intervenciones quirúrgicas que finalizaron en 2021, a Luna le eliminaron el lunar, que le cubría casi toda la cara.
Los padres estaban satisfechos con el trabajo de los cirujanos de Krasnodar, pero la niña seguía teniendo cicatrices tras las operaciones. Para eliminarlas, la familia decidió recurrir de nuevo a médicos rusos.
Este miércoles, la niña y sus padres volaron a San Petersburgo, donde actualmente Luna se somete a una preparación preoperatoria antes de comenzar cinco etapas de restauración de la piel de la cara y los párpados, que no se cierran por completo. En dos años y medio la niña se someterá a 10 operaciones, comunicó Olga Filippova, cirujana plástica y jefa del centro de tratamiento de pigmentación gigante de la clínica MEDSI, que tratará a Luna.
Según Filippova, los médicos intentarán aumentar el volumen de piel sana de la cara de Luna mediante expansores y luego la utilizarán para rellenar las heridas tras eliminar las cicatrices y las partes restantes del lunar. Se reporta que el tratamiento costará 3,5 millones de rublos (unos 37.000 dólares). En EE.UU. estas intervenciones les costarían a los padres de Luna varias veces más. La familia Fenner permanecerá en San Petersburgo hasta junio.