En medio de la crisis migratoria, la sentencia de la Corte Suprema de EEUU para quitar los alambres de púas confronta al gobernador Abbott con Biden. Abbott ha recibido el apoyo de la mitad de los gobernadores republicanos, lo que parece una batalla electoral más que una guerra civil que planea en el horizonte a nueve meses de las elecciones.
Biden se empantana en los siete frentes (ministro de Defensa israelí Yoav Gallant dixit) en el Oriente Medio, en medio del resurgimiento de las veleidades secesionistas en Texas con su "Texit" que prefiguran una guerra civil que no se atreve a pronunciar su nombre.
Texas, la segunda economía más importante de EEUU (detrás de California, gobernada por el demócrata Newsom), con un PIB nominal de 2,5 billones de dólares, que si fuera país sería la octava economía del mundo, y donde los mexicanos ya son mayoría (como lo son desde hace tiempo en California), oscila entre su "Texit" y el recrudecimiento del enfrentamiento del gobernador republicano Abbott con el atribulado presidente demócrata Joe Biden, cuando se ha agudizado la grave crisis migratoria, que es uno de los principales y más candentes temas para las elecciones del primer martes de noviembre.
La académica de la UNAM en Relaciones Internacionales, Gisela González, aduce que el detonante de la crisis migratoria contemporánea en EEUU fue la firma del TLCAN, que estimuló el desmantelamiento del agro mexicano y el flujo humano de los desempleados mexicanos que se trasladó obligatoriamente a EEUU, en busca de sus empleos perdidos por la imposición del modelo globalista neoliberal del expresidente Salinas.
En forma más reciente, un servidor expuso las causas de la migración centroamericana a EEUU en el libro El Espejo Negro de Estados Unidos: La migración latinoamericana.
Más allá del "Texit" y la batalla electoral que libran republicanos y demócratas en Texas, existe una visión más holística de la balcanización en ciernes que se planea en EEUU desde hace varios años y que ha explayado el anterior decano ruso de relaciones internacionales, Ígor Panarin, quien predijo la desintegración de EEUU desde 1998 en seis partes y que se acopla al vaticinio del demógrafo francés Emmanuel Todd en sus dos libros seminales: Después del Imperio y La derrota de Occidente.
Panarin había previsto una guerra civil en EEUU en junio o julio de 2010 y hoy vuelve a resurgir tal eventualidad nada descabellada 14 años más tarde, cuando la portavoz de la Cancillería rusa María Zajárova, se mofa de Biden: "Es hora de que el presidente estadounidense, según las mejores tradiciones de su predecesor Barack Obama, diga Texas must go y forme una coalición internacional para liberar a sus habitantes en nombre de la democracia".
El gobernador texano, Greg Abbott, alega que el Gobierno federal "ha roto la cohesión entre EEUU y los estados debido a la laxitud de la política migratoria", lo cual, según Rotimi Adeoye, el "truco en la frontera de Texas está basado en la misma teoría legal que en los estados confederados usaron para su secesión".
El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, en una entrevista a Fox News, comentó que Texas no desea una confrontación con Biden, y cuando fue inquirido sobre la colisión que puede "tornarse en una guerra civil", respondió que Texas "tiene el derecho constitucional".
Desde su Operación Estrella Única, Abbott —que puede ser el acompañante en la lista de Trump como candidato a la vicepresidencia— ha recaudado desde diciembre pasado más de 55 millones de dólares en donativos para construir un muro y, en días recientes, lanzó una réplica feroz a la laxitud deliberada de la política migratoria de Biden que ha desestabilizado a Texas y ha roto su equilibrio electoral para operar una redistritación favorable a los demócratas y en detrimento a los republicanos.
Sea lo que fuere, nadie menos que Michael Maloof, anterior analista del Pentágono, evocó el "espectro de una guerra civil" cuando la política fronteriza de Biden puede desembocar en una "inmensa explosión" en caso de una reelección de Biden.
En forma menos sarcástica, el portal chino Global Times, portavoz oficioso del Partido Comunista, comenta que "conforme EEUU entra en su año electoral, la disputa migratoria se ha vuelto un campo de batalla principal" que visibiliza las "enraizadas contradicciones y crisis en la sociedad de EEUU que han entrado a una nueva fase en la historia de EEUU", lo cual es también corroborado por Daniel Lazare, historiador constitucional estadounidense: "La República estadunidense de 248 años se derrumba ante nuestros ojos".
En cualquier escenario, sea una feroz batalla electoral por el alma estadunidense en Texas, sea la larga marcha agudizada de una guerra civil que no se atreve a decir su nombre, las reverberaciones geopolíticas y demográficas afectarán e infectarán a México en los 1.997,2 kilómetros de frontera común con Texas: 64% del total fronterizo.
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