De acuerdo con el último balance de las autoridades, divulgado la noche del domingo, solo 32 de los fallecidos han logrado ser identificados, con base en los datos ofrecidos por el Servicio Médico Legal (SML).
Según fuentes oficiales, hasta el momento se han contabilizado más de 160 incendios en todo el país, de los cuales 40 siguen en combate, 112 han sido controlados y cuatro extinguidos.
El Gobierno chileno estima que más de 12 100 viviendas han sido afectadas por los siniestros en la ciudad de Viña del Mar, mientras que en Quilpué, otro de los epicentros del fuego, serían 2700.
Los incendios, algunos de los cuales podrían haber sido intencionales, comenzaron el viernes en la región de Valparaíso y rápidamente se extendieron a zonas urbanas debido a los vientos y las elevadas temperaturas, en medio de una ola de calor que afecta al país.
El saldo de fallecidos podría aumentar en las próximas horas, ya que, según la alcaldía de Viña del Mar, más de 370 personas están desaparecidas.
“Es la tragedia más grande que hemos vivido como país desde el terremoto del 27 de febrero de 2010. Lo digo para que seamos capaces de dimensionar el dolor y la magnitud de lo que estamos viviendo hoy día aquí en la quinta región”, ha dicho el presidente Gabriel Boric en un recorrido por las zonas de desastre.
El movimiento telúrico de hace 14 años tuvo una magnitud de 8,8 grados, dejó cientos de muertos y unos dos millones de damnificados.
Boric ha subrayado que las prioridades son salvar vidas, apagar los incendios, recuperar los cuerpos de los fallecidos, canalizar apoyo urgente para las víctimas, garantizar el orden público y recopilar antecedentes para investigar el origen de los siniestros.