Un total de 11 ministros y 15 legisladores israelíes se comprometieron el domingo, durante una conferencia en Jerusalén, a lograr la reconstrucción de los asentamientos judíos israelíes en la Franja de Gaza, idea que ha provocado una oleada de críticas y la condena internacional, informa The Times of Israel.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, líder del partido de ultraderecha Sionismo Religioso, declaró durante la reunión: "Si Dios quiere, nos asentaremos y saldremos victoriosos". A esto agregó que su país debe escoger entre "huir una vez más del terrorismo" o "colonizar la tierra, controlarla, luchar contra el terrorismo y aportar seguridad a todo el Estado de Israel".
Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, líder del partido de extrema derecha Otzmá Yehudit, se dirigió al primer ministro, Benjamín Netanyahu (que no estaba presente), y a los asistentes a la conferencia para plantear que "es hora de volver a casa, a Gush Katif", un bloque de asentamientos judíos ubicado en el sur de la Franja de Gaza y desmantelado en agosto de 2005. "Necesitamos volver a casa, gobernar el territorio y, sí, también ofrecer una solución moral y lógica al problema humanitario: fomentar la emigración y [aprobar] una ley de pena de muerte [para los condenados por terrorismo]", instó.
Smotrich y Ben Gvir, junto con seis diputados de derecha, firmaron lo que se denominó "Pacto de Victoria y Renovación de los Asentamientos", por el que los firmantes se comprometieron a "hacer crecer asentamientos judíos llenos de vida" en el enclave palestino. El ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, del partido gobernante Likud, de Netanyahu, también abogó por reconstruir asentamientos en Gaza y "fomentar la emigración voluntaria".
Ese proceder debe ser impulsado "aun si esta guerra, que nos fue impuesta, convierte esa migración voluntaria en una situación de 'Coacciónalo hasta que diga: 'Quiero hacerlo'", alegó Karhi al citar así un principio de la ley judía según el cual se puede coaccionar a alguien para que cumpla ciertas obligaciones religiosas mediante presión física o de otro tipo.
Las imágenes de la conferencia suscitaron condena en las redes sociales, donde los críticos señalaron que los ministros del Gobierno bailaban alegremente mientras se libraba una guerra. Entre los que repudiaron esos hechos se encuentra Gilad Kariv, miembro de la Knéset por el Partido Laborista.
Entre tanto, París condenó la reunión, afirmando que Francia espera de las autoridades israelíes "una denuncia clara de esas posiciones", recogen medios locales. "No corresponde al Gobierno israelí decidir dónde deben vivir los palestinos en su tierra", declaró la Cancillería francesa.
Desde la Casa Blanca también reiteraron, este lunes, que la Administración del presidente estadounidense Joe Biden está "preocupada" por las declaraciones formuladas en la conferencia de Jerusalén.
"Estados Unidos no apoya una reocupación israelí de Gaza. También hemos sido claros, coherentes e inequívocos contra el reasentamiento forzoso de palestinos fuera de Gaza", recalcaron. "Esta retórica es incendiaria e irresponsable. Le tomamos la palabra al primer ministro cuando dice que Israel no tiene intención de reocupar Gaza", añadieron.
Por su parte, las autoridades israelíes niegan los planes de reconstruir los asentamientos judíos. El ministro de Defensa del país, Yoav Gallant, dijo la semana pasada a funcionarios estadounidenses que ni él ni el Ejército israelí permitirán la reconstrucción de puestos de avanzada o asentamientos ilegales dentro de la Franja de Gaza, informó Axios el lunes, citando fuentes familiarizadas con el asunto.
Anteriormente, Benjamín Netanyahu sostuvo durante una conferencia de prensa que no se había tomado ninguna decisión sobre el reasentamiento en Gaza. En ese orden, afirmó que la oposición a la reanudación de los asentamientos judíos en Gaza "no ha cambiado", pero que se permite a los legisladores y ministros expresar sus opiniones y pensamientos.
Israel desmanteló sus 21 asentamientos en la Franja de Gaza y obligó a sus 8.000 residentes a abandonarlos cuando se retiró unilateralmente de la zona en 2005, retrocediendo a las líneas anteriores a 1967.