Jesús les puso otro ejemplo: ¿Qué haría una mujer que con mucho cuidado guardó diez monedas, y de pronto se da cuenta de que ha perdido una de ellas?
De inmediato prendería las luces, y se pondría a barrer la casa, buscando en todos los rincones hasta encontrarla. Y cuando la encuentre, invitará a sus amigas y vecinas y les dirá: “¡Vengan a mi casa y alégrense conmigo! ¡Ya encontré la moneda que había perdido!”
De la misma manera, los ángeles de Dios hacen fiesta cuando alguien se vuelve a Dios.