para que recibas la vista...",
Hechos 9:17
Cuando Pablo recuperó la vista, también recibió discernimiento espiritual de la persona de Jesucristo, y desde entonces la totalidad de su vida y predicación fue únicamente el Señor: "Pues me propuse saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo y a este crucificado", 1 Corintios 2:2. Pablo nunca más permitió que algo captara la atención de su mente y su alma, excepto el rostro de Jesucristo.
Debemos aprender a mantener intacto el estado de nuestro carácter y conservarlo en el nivel más alto de
la visión de Jesucristo que se nos ha revelado.
La característica permanente de un hombre espiritual es la habilidad de entender correctamente el significado del Señor Jesucristo en su vida y la capacidad de explicarles a otros los propósitos de Dios. La pasión que gobierna su vida es Jesucristo. Cuando ves esta cualidad en persona, tú sientes que es un hombre o una mujer conforme al corazón de Dios (ver Hechos 13:22).
No permitas nunca que algo te desvíe de tu discernimiento de Jesucristo. Esto demuestra si eres espiritual.
Si no lo eres, significa que cosas tienen una fascinación creciente para ti.
Desde que mis ojos contemplaron a Jesús, he perdido de vista todo lo demás, así de cautivada está la visión de mi espíritu, al contemplar al Señor crucificado.