Cuando los setenta y dos discípulos regresaron, le informaron llenos de alegría: ¡Señor, hasta los demonios nos obedecen cuando usamos tu nombre!
Sí, les dijo Vi a Satanás caer del cielo como un rayo. Miren, les he dado autoridad sobre todos los poderes del enemigo; pueden caminar entre serpientes y escorpiones y aplastarlos. Nada les hará daño. Pero no se alegren de que los espíritus malignos los obedezcan; alégrense porque sus nombres están escritos en el cielo.