Pese a las amenazas de Washington, las bases militares estadounidenses situadas en provincias del este de Siria fueron blanco de nuevos ataques.
Conforme a medios locales, se escuchó el sonido de fuertes explosiones proveniente de Green Village, un recinto castrense ubicado cerca de la frontera con Irak. También, varios proyectiles golpearon una instalación estadounidense en el campo petrolífero de Al-Omar, en la provincia de Deir Ezzor (este).
Los sistemas de defensa antimisiles de Estados Unidos intentaron evitar el impacto del ataque contra Green Village, pero fue en vano.
Por su parte, lugareños aseguraron que luego de las explosiones emanaron columnas de humo negro de Green Village. Hasta el momento no hay informes sobre posibles víctimas o del grado de daños materiales de estas ofensivas.
Ese mismo lunes, varios cohetes apuntaron dos bases que albergan a fuerzas de ocupación estadounidenses, una en Deir Ezzor y la otra en la ciudad de Al-Shaddadi, situada a unos 50 kilómetros (31 millas) al sur de la ciudad de Hasakah (noreste).
El domingo, el ataque con drones contra una base estadounidense en Jordania, se saldó con tres militares estadounidenses muertos y otros 34 heridos.
Desde el principio de los ataques de Israel a la Franja de Gaza, los grupos de Resistencia en Asia Occidental han manifestado su apoyo al pueblo oprimido palestino con ataques a las bases militares de Estados Unidos en la región, en rechazo al apoyo incondicional de Washington al régimen sionista.
Durante los últimos meses, las Fuerzas de Resistencia han atacado más de 165 veces las bases militares de EE.UU. en Siria, Irak y Jordania y, como consecuencia, han muerto tres soldados estadounidenses y otros 80 han resultado heridos.