Cuando Jesús terminó de enseñar, dijo a sus discípulos: Ustedes saben que dentro de dos días va a celebrarse la fiesta de la Pascua. Durante la fiesta, yo, el Hijo del hombre, seré apresado y moriré clavado en una cruz.
En esos días, los sacerdotes principales y los líderes del país se reunieron en el palacio de Caifás, que era jefe de los sacerdotes. Todos ellos se pusieron de acuerdo para ponerle una trampa a Jesús, apresarlo y matarlo. Pero algunos decían: No hay que hacerlo durante la fiesta, para que la gente no se enoje contra nosotros ni se arme un gran alboroto.