El deterioro de los derechos humanos en El Salvador es alarmante desde que entró en vigor el régimen de excepción en marzo de 2022, según un informe de Amnistía Internacional (AI) presentado este martes en San Salvador “Detrás del velo de la popularidad: represión y regresión en materia de derechos humanos en El Salvador”, elaborado a partir de 83 entrevistas y tres enfoques de investigación.
De acuerdo con el organismo, en El Salvador se estableció que hay una profundización de un enfoque punitivo y represivo en materia de seguridad pública, no hay un debido proceso penal debido al debilitamiento de la independencia judicial, y existe tortura y malos tratos hacia las personas privadas de libertad.
De acuerdo al análisis de las bases de datos de organizaciones de sociedad civil a las que Amnistía Internacional ha tenido acceso, las víctimas de detenciones arbitrarias comparten tres características socioeconómicas: un bajo nivel educativo, empleos precarios y residencia en áreas estigmatizadas por la pobreza o por el control de pandillas.
La organización también verificó un aumento de acciones estatales que atentan contra la libertad de expresión y asociación y obstáculos al ejercicio del derecho de reunión pacífica, la participación en asuntos públicos y el acceso a la información pública.