Porque el tiempo si esta cerca - La actividad comercial de Babilonia

13. La actividad comercial de Babilonia (Ap. 18:1-24)

A lo largo de la historia los insignificantes reinos e imperios construidos por los rebeldes, orgullosos, arrogantes y aborrecedores de Dios, han llegado y se han ido. El espíritu de humanismo que se manifestó primeramente en Babel, ha permeado la historia humana desde entonces. Inquebrantablemente optimistas a pesar de los siglos de guerras, masacres, injusticia y crueldad, las personas aún buscan una utopía, ser conducidos por el creciente progreso científico de la humanidad. Habiendo tomado control (como ellos piensan) de su propio destino mediante la ciencia, Dios no tiene utilidad alguna para los pecadores, y arrogantemente lo remplazan por dioses según su propia imaginación, dedicados a su propia soberanía.

Comparada con la gloriosa e indescriptible majestad del Dios omnipotente, toda la jactancia de los imperios de los hombres son una simple “gota de agua que cae” (Isa_40:15), y Dios “ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó” (Hch_17:31). En ningún lugar en las Escrituras hay una descripción más detallada del juicio venidero que en Apo_6:1 to Apo_18:24. Con la destrucción del último y más grande imperio humano, el escenario está listo para el triunfante regreso del Señor Jesucristo. Ese último imperio es la Babilonia comercial, y su inminente destrucción es el tema del capítulo Apo_18:1-24.

Aunque algunos lo consideran como símbolo de todo el sistema impío del anticristo, lo más probable es que la Babilonia descrita aquí sea una verdadera ciudad. Se le llama ciudad cinco veces en el capítulo (vv. Apo_18:10; Apo_18:16; Apo_18:18-19; Apo_18:21), y otras características en el texto denotan que se refiere a una ciudad literal. Como el texto describe explícitamente a Babilonia como una ciudad, es más seguro verla como una ciudad real. Aunque sea una ciudad, su influencia será mundial. Como ciudad capital del anticristo, representará su imperio comercial. El juicio y la destrucción de Babilonia eliminarán la cabeza, y el resto del imperio mundial del anticristo morirá a continuación.

A pesar de las repetidas advertencias que incluyen 144.000 evangelistas judíos, los dos testigos, y un ángel volando por el cielo proclamando el mensaje del evangelio, los pueblos del mundo se negarán a arrepentirse (cp.Apo_9:20-21; Apo_16:9; Apo_16:11). Finalmente, el juicio de Dios caerá sobre Babilonia. El capítulo 18 registra siete aspectos de ese juicio sobre el imperio comercial del anticristo.

CASTIGO PRONUNCIADO

Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. (Apo_18:1-3)

Este solemne pronunciamiento de juicio, como apertura, presenta dos razones para la inminente destrucción de Babilonia: actividad demoniaca y sensualidad. La frase “después de esto” marca el inicio de una nueva visión. Mientras sigue analizando el tema general del imperio mundial del anticristo, destruido por los juicios de las siete copas del capítulo 16, el capítulo 18 va de su aspecto religioso a sus aspectos comerciales. Juan vio otro ángel, distinto del de Apo_17:1. Algunos ven a este ángel como Cristo, pero el empleo de una palabra griega que significa “otro del mismo tipo” explica que este es un ángel del mismo tipo del de Apo_17:1. Pudiera ser el ángel que antes había predicho la caída de Babilonia (Apo_14:8). Tres características en el texto revelan su poder e importancia extraordinarios.

En primer lugar, el ángel descendió del cielo con “gran poder”. En segundo lugar, cuando llegó, “la tierra fue alumbrada con su gloria”. Hará su espectacular aparición en un escenario en tinieblas. La quinta copa ha sumido al mundo en la oscuridad (Apo_16:10). La radiante brillantez de un glorioso ser celestial contra la oscuridad será un impresionante espectáculo para los conmocionados y asustados moradores de la tierra.

En tercer lugar, el ángel “clamó con voz potente”. Nadie podrá ignorarlo. Todos lo oirán y lo verán.

Su mensaje añadirá terror, producto de su apariencia. Será una palabra de dolor para el anticristo y sus seguidores: “Ha caído, ha caído la gran Babilonia”. El juicio predicho en Apo_14:8, ahora se llevará a cabo. Este será un juicio mayor y más abarcador que el pronunciado en idénticas palabras sobre la antigua Babilonia (Isa_21:9). Una comparación de este pasaje con Apo_16:17-19 sugiere que este juicio ocurre cuando se vierte la séptima copa.

La primera causa que se presenta para la destrucción de Babilonia es que “se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo”. Fue cerca de Babilonia que doscientos millones de demonios que estaban atados fueron liberados al sonar de la sexta trompeta (Apo_9:13-16). Ellos, junto a los demonios liberados del abismo al sonar de la quinta trompeta (Apo_9:1-11), los expulsados del cielo con Satanás (Apo_12:4; Apo_12:9), y los que ya estaban en la tierra, serán confinados en Babilonia.

Babilonia será también “albergue de toda ave inmunda y aborrecible”. Esa frase simboliza la total destrucción de la ciudad. Cual grotescas aves de carroña, los demonios sobrevolarán la condenada ciudad, esperando por su caída. La descripción de los demonios como inmundos y aborrecibles refleja cómo los ve el cielo.

También ocurrirá la destrucción de Babilonia porque “todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites”. El malvado imperio del anticristo esparcirá su influencia a todas las naciones del mundo. Habiendo bebido del vino del furor de su fornicación (Apo_14:8; Apo_17:2), los pueblos del mundo caerán en estupor religioso y materialista. Los términos globales “todas las naciones, los reyes de la tierra y los mercaderes de la tierra” muestran que Babilonia seducirá a todo el mundo.

CASTIGO EVITADO

Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. (Apo_18:4-5)

El juicio de Dios sobre esta sociedad, comercialmente próspera pero en bancarrota moral, puede evitarse, como pone en claro otra voz del cielo. El mensaje que proclama el ángel, “Salid de ella, pueblo mío”, es un llamado para que el pueblo de Dios se libre del sistema del mundo. Pudiera ser también un llamado evangelístico a los escogidos de Dios para que vengan a la fe en Cristo y salgan del reino de Satanás (cp. Col_1:13). En ambos casos, el mensaje es a abandonar el sistema.

Primero, los creyentes deben huir de Babilonia para no ser “partícipes de sus pecados”. La ciudad materialista de Babilonia ejercerá una casi irresistible influencia en los creyentes para que sean partícipes de sus pecados. Segundo, el pueblo de Dios debe también huir de Babilonia para no recibir “parte de sus plagas”. Es mejor ver esas plagas como castigos específicos sobre Babilonia, tal vez con el derramamiento de la séptima copa (Apo_16:17-19). Por último, los creyentes tienen que huir de Babilonia porque “sus pecados han llegado hasta el cielo”. “Llegar hasta” viene de una palabra griega que significa literalmente “encolar uno con otro”, o “conectar”. Luego el ángel añade que “Dios se ha acordado de sus maldades”. Él los verá como vio aquel antiguo monumento a la rebelión arrogante y pecadora del hombre, en Babel (Gén_11:1-32).

CASTIGO DEFINIDO

Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga. (Apo_18:6-8)

El ángel habla ahora con Dios. Su llamado de venganza contra Babilonia es semejante a las oraciones de los santos mártires que se registran en Apo_6:9-10. A Babilonia se le ha concedido suficiente gracia y ha escuchado suficientes advertencias. Es tiempo de su destrucción.

El ruego del ángel recuerda las peticiones de los santos del Antiguo Testamento de venganza sobre la antigua Babilonia. En el Sal_137:8 el salmista escribió: “Hija de Babilonia la desolada, bienaventurado el que te diere el pago de lo que tú nos hiciste”. Jeremías también suplicó venganza contra Babilonia (Jer_50:14-15; Jer_50:29).

La petición del ángel de que Dios le pagara a Babilonia “doble según sus obras” (literalmente “doble del doble de las cosas”) es una petición de que el castigo de Babilonia esté de acuerdo con sus crímenes. Doble ha sido su iniquidad; doble será su castigo.

Para poner aún más de manifiesto su petición de que Dios castigara plenamente a Babilonia, él ángel dice que “en el cáliz en que ella preparó bebida”, Dios le “prepararía a ella el doble”. Apropiadamente, en la misma copa que Babilonia usó para engañar a las naciones (v. Apo_18:3; Apo_14:8; Apo_17:2; Apo_17:4) ella va a recibir una doble porción de la ira de Dios. La imagen de la copa de la ira de Dios también aparece en Apo_14:10 y Apo_16:19.

Luego el ángel clama a Dios una tercera vez, pidiendo una total venganza sobre Babilonia: “Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto”. La palabra “Cuanto” es un llamado a equiparar el castigo con el delito, un principio bíblico (

Pro_29:23; Isa_3:16 ss.; Luc_1:51; Luc_14:11).

Tres pecados exigen el castigo de Babilonia. En primer lugar, era orgullosa. Ella se ha glorificado. En segundo lugar, había ido tras la autosatisfacción. Ella había vivido en deleites. En tercer lugar, era culpable de autosuficiencia. Ella dijo en su corazón: “Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto”. Por esos tres pecados Babilonia recibirá tormento y llanto. La palabra griega traducida “tormento” significa literalmente “tortura”. “Llanto” se refiere a la aflicción que ocasiona la tortura. El infierno será un lugar de tormento inimaginable (Apo_20:10; Luc_16:23-24; Luc_16:28) y aflicción aplastante (Mat_8:12; Mat_13:42).

Luego el ángel observa que en “un solo día vendrán sus plagas”. La destrucción de Babilonia no será progresiva. La malvada ciudad será destruida instantáneamente. Dan_5:1-31 registra la suerte similar que le sobrevino a la antigua Babilonia; la ciudad cayó la misma noche que Dios escribió su condena en la pared del palacio del rey (Dan_5:30). Como se observó, las plagas que destruirán a Babilonia son juicios específicos sobre esa ciudad, posiblemente respecto a la séptima copa. Tres plagas traerán como resultado la devastación total de Babilonia: muerte, llanto y hambre, la apropiada respuesta del cielo a su orgullosa jactancia. Después que esas tres plagas hayan transcurrido, Babilonia será quemada con fuego.

CASTIGO LAMENTADO

Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!

Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres. Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás. Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! (Apo_18:9-19)

Los primeros que se presentan lamentándose son los líderes, los reyes de la tierra. Este grupo incluye a los diez reyes que gobernaban el reino del anticristo bajo su autoridad (Apo_17:12), así como el resto de los líderes del mundo que están bajo ellos. Recibirán las noticias de la destrucción de Babilonia con sobrecogimiento y conmoción. La destrucción de la sede del poder político y económico del anticristo dará un golpe funesto a su imperio.

Mientras la observan quemarse, los líderes gritarán angustiados: “¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!” Como la joya de la corona del imperio del anticristo, Babilonia será una gran ciudad. Como ha sobrevivido a los devastadores juicios de la tribulación hasta ese punto, los líderes creerán que es una ciudad fuerte. La rápida destrucción de Babilonia los sobrecogerá y asombrará, y alzarán la voz ante ella en sobrecogimiento.

Los próximos que aparecerán en escena lamentándose son los mercaderes de la tierra. Estos hombres de negocio lloran y hacen lamentación sobre Babilonia “porque ninguno compra más sus mercaderías”. La destrucción de la capital del anticristo dará fin a toda apariencia de normalidad en el devastado planeta. Toda la actividad económica que se desarrollaba hasta entonces en la tierra llegará a su fin.

Luego sigue una relación de veintiocho artículos o categorías que abarcaban las mercaderías de los negociantes, que van desde “oro… plata… piedras preciosas… perlas” hasta “flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos”. Estos eran artículos comunes en el mundo antiguo y fueron la fuente de gran provecho económico. Son solo representativos de la gran riqueza del futuro imperio comercial del anticristo.

Siguiendo con su lamento, los mercaderes se dirigen ahora directamente a Babilonia: “Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás”. Todas las cosas exquisitas de la ciudad han faltado. Las palabras “nunca más” traducen una doble negación en el texto griego, que es la forma más enérgica de negar en ese idioma. Indica que esos artículos no se podrán encontrar nuevamente.

Los mercaderes se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: “¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas”. El llanto y lamento no provienen de alguna simpatía emocional por la ciudad, sino porque se han visto despojados de la fuente de sus recursos económicos. Esos ambiciosos mercaderes son la típica ilustración de todos los que en todos los tiempos ganan todo el mundo, pero pierden su alma (Mar_8:36).

Luego un tercer y final grupo en la visión se une al lamento por Babilonia: “todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar”. Además de su importancia política y económica, Babilonia será también un importante centro de distribución. Con su destrucción, no habrá más bienes que transportar por los que trabajan en el mar. Como los reyes y los mercaderes, los marineros tuvieron el cuidado de pararse lejos de la ciudad. Contemplando la arruinada ciudad y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: “¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?” Luego, en una típica expresión antigua de dolor, los marineros echaron polvo sobre sus cabezas (cp. Jos_7:6; 1Sa_4:12; 2Sa_1:2). Como los reyes y los mercaderes, ellos también clamarán: “Ay, ay de la gran ciudad”. Esta es una expresión de dolor, pero no de arrepentimiento. Como los reyes y los mercaderes, los marineros también expresan asombro ante la rapidez de la caída de Babilonia, exclamando: “en una hora ha sido desolada”. En un sorprendentemente corto período de tiempo, fue destruida la ciudad que era la fuente de sus riquezas.

CASTIGO DISFRUTADO

Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella. (Apo_18:20)

El cielo tendrá una perspectiva muy distinta a la de los seguidores terrenales del anticristo. El ángel que comenzó a hablar en el versículo 4 se dirige entonces a los redimidos en el cielo: los santos, apóstoles y profetas. Él los llama a que se alegren por la caída de Babilonia, “porque Dios… ha hecho justicia en ella”. El cielo se regocija por el triunfo de los justos, la exaltación de Jesucristo, y la llegada de su reino en la tierra.

CASTIGO COMPLETADO

Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada. Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti. Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; (Apo_18:21-23 a)

Otro ángel poderoso (cp. Apo_5:2; Apo_10:1) apareció ahora en la visión. En un dramático acto, “tomó una piedra, como una gran piedra de molino [típicamente de un metro o metro y medio de diámetro, treinta centímetros de grosor, y muy pesadas], y la arrojó en el mar”. El ángel explicó: “Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada”. En un momento, mientras desaparecía esa piedra en el mar, Babilonia desaparecerá.

Tan completa será la destrucción de Babilonia que ninguna de las actividades normales de la vida humana tendrán lugar. No habrá música, ni trabajo, ni preparación de comida, ni luz, ni matrimonio. Babilonia estará tan completamente destruida que nunca más se levantará, como predijeron los profetas del Antiguo Testamento (Isa_13:19-22; Isa_14:22-23; Jer_50:13; Jer_50:39; Jer_51:37).

CASTIGO JUSTIFICADO

porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones. Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra. (Apo_18:23-24)

Se dan tres razones para el castigo de Babilonia. La primera, que sus “mercaderes eran los grandes de la tierra”, usando sus riquezas para ascender a posiciones de poder, eminencia e influencia. Una segunda razón para el castigo de Babilonia es que sus hechicerías engañaron a las naciones. “Hechicería” es la traducción de una palabra griega que es la raíz de las palabras españolas “farmacia” y “farmacéutico”. Se emplea la palabra en el Nuevo Testamento para referirse a prácticas de magia y ocultismo (Apo_9:21; Gál_5:20). La sujeción en que Babilonia tendrá al mundo no será total debido a su poder militar y económico, sino también a su influencia en el ocultismo.

La última razón dada para el castigo de Babilonia es su sangrienta matanza del pueblo de Dios; “en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra”. El regocijo celestial por la caída de Babilonia en el capítulo 19 también menciona esto: “Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella” (Apo_19:1-2).