El ayudante de Valeri Zaluzhny, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas ucranianas, murió en su casa en el pueblo de Chaiky, región de Kiev, por una explosión.
Guennadi Chastiakov, de 39 años, celebraba su cumpleaños el 6 de noviembre cuando sobrevino la tragedia. Zaluzhny, por su parte, ya ha confirmado la muerte de su colaborador en sus redes sociales.
"Es un dolor indescriptible y una gran pérdida para las Fuerzas Armadas de Ucrania y para mí personalmente. Hoy, en trágicas circunstancias, mi ayudante y amigo íntimo, el comandante Guennadi Chastiakov, ha muerto en su círculo familiar el día de su cumpleaños. Un artefacto explosivo desconocido detonó en uno de sus regalos", escribió.
"Las causas y circunstancias se establecerán en el curso de la investigación previa al juicio", concluyó. A Guennadi lo sobreviven su mujer y cuatro hijos. Mientras tanto, los medios publican la primera supuesta foto del lugar del incidente.
El hijo de 13 años del fallecido resultó gravemente herido y fue hospitalizado. Además, el portal local Ukraínskaya Pravda informa que la esposa de Chastiakov señaló que su marido había traído una bolsa de regalo con una botella de alcohol y vasos en forma de granada. Al abrir el paquete, se produjo la explosión.
Según comunicaron al medio Straná las fuerzas del orden, de acuerdo con la investigación, el regalo, cuya apertura activó el artefacto explosivo, le había sido entregado por el asistente principal del comandante en jefe adjunto de las Fuerzas Armadas ucranianas, Alexánder Tímchenko.
Anteriormente, Zaluzhny había afirmado en una entrevista que el conflicto en Ucrania llegó a "un punto muerto" y admitió que Rusia está en una mejor posición en el frente. En su opinión, las fuerzas ucranianas deben pasar a la defensa estratégica. Por su parte, el presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, expresó su desacuerdo con el comandante en jefe de sus Fuerzas Armadas. "No estamos en un punto muerto. Rusia controla el cielo. Nosotros cuidamos de nuestros militares", aseveró.
La entrevista de Zaluzhny causó no solo descontento en Ucrania, sino que sembró pánico entre algunos de sus socios occidentales. En este sentido, el jefe adjunto de la Oficina Presidencial de Ucrania, Ígor Zhovkva, reveló que lo había llamado el jefe de la oficina de un líder occidental para preguntarle, "presa del pánico", qué es lo que debía informarle a su superior. "¿Están realmente en un callejón sin salida?", citó la pregunta Zhovkva.