El secretario general de la ONU, António Guterres, declaró a periodistas el lunes que han muerto más trabajadores humanitarios de la ONU en la Franja Gaza desde que comenzó el conflicto que en cualquier otro momento de la historia y lo calificó de "crisis de la humanidad".
"Según informes, en un período de cuatro semanas murieron más periodistas que en cualquier conflicto en al menos tres décadas. Han sido asesinados más trabajadores humanitarios de las Naciones Unidas que en cualquier período comparable en la historia de nuestra organización", afirmó Guterres.
"Me uno a la familia de las Naciones Unidas en el duelo por los 89 colegas nuestros de la UNRWA que han sido asesinados en Gaza, muchos de ellos junto con miembros de sus familias", expresó el secretario general. Además, indicó que "Gaza se está convirtiendo en un cementerio de niños", señalando que según informes "cada día mueren o resultan heridos cientos de niñas y niños".
"La pesadilla en Gaza es más que una crisis humanitaria. Es una crisis de la humanidad", añadió el alto funcionario.
Asimismo, en su discurso criticó las operaciones terrestres de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y apuntó que "los continuos bombardeos están afectando a civiles, hospitales, campos de refugiados, mezquitas, iglesias e instalaciones de la ONU, incluidos refugios".
Además, reiteró su "condena total a los abominables actos de terrorismo perpetrados por Hamás el 7 de octubre" y aseveró que el movimiento e incluso otros militantes "utilizan a civiles como escudos humanos y continúan lanzando cohetes indiscriminadamente hacia Israel".
El secretario general insistió con su llamado a un alto el fuego humanitario inmediato y a que todas las partes respeten el derecho internacional humanitario.
"La catástrofe que se está desarrollando hace que la necesidad de un alto el fuego humanitario sea más urgente cada hora que pasa", afirmó y recordó que "las partes en conflicto y, de hecho, la comunidad internacional, enfrentan una responsabilidad inmediata y fundamental: detener el sufrimiento colectivo inhumano y ampliar drásticamente la ayuda humanitaria a Gaza".
"Hoy, las Naciones Unidas y nuestros socios están lanzando un llamamiento humanitario por un valor de 1.200 millones de dólares para ayudar a 2,7 millones de personas, es decir, toda a la población de la Franja de Gaza y a medio millón de palestinos en Cisjordania, incluida Jerusalén Este", añadió.
Además de un alto el fuego inmediato, también solicitó la liberación incondicional de los rehenes en la Franja de Gaza, el acceso sin obstáculos a la entrega de bienes en la zona y el fin del uso de civiles como escudo humano.
António Guterres advirtió sobre la posibilidad de que el conflicto se extienda a toda la región y dijo que era necesario abordar esos riesgos.
"Ya estamos asistiendo a una espiral de escalada desde el Líbano y Siria hasta Irak y Yemen. Esta escalada debe detenerse. Deben prevalecer la cabeza fría y los esfuerzos diplomáticos", afirmó el jefe de la ONU. Además, expresó su preocupación por "el aumento del antisemitismo y la intolerancia antimusulmana", indicando que miembros de ambas comunidades en muchas partes del mundo estaban en alerta máxima, temiendo por su seguridad personal.