La publicación señala que las otrora "confiadas predicciones de la victoria" sobre las tropas rusas están siendo reemplazadas por una "sombría" consciencia de que lo más probable es que el conflicto continúe.
"Me siento desesperada", afirmó Natalia Kobyuk, de 34 años, una enfermera de Kiev cuyo marido está en el campo de batalla desde hace 22 meses. "En comparación con el año pasado, ahora es más difícil: esta guerra no tiene fin y, a veces, simplemente dejo de creer que algún día terminará", agregó.
Asimismo, el texto indica que el estado de ánimo social ha repercutido en la baja del 15 % en el índice de aprobación del presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, así como en el surgimiento de grietas en la sociedad. Según una encuesta recogida por la agencia, en mayo del año pasado, el 68 % de los ucranianos sentían que los desacuerdos deberían dejarse de lado durante el conflicto, una cifra que ahora ha caído al 25 %.
Serguéi Petrovski, un diseñador y consultor de medios de Lvov de 52 años, coincide en que las expectativas para la contraofensiva eran "un poco exageradas". "Ahora el mayor temor es el caos interno y las luchas", afirmó. "La gente teme que todo esto pueda privar al país del apoyo de Occidente, que es una cuestión clave por ahora", agregó.
En esa línea, el artículo señala que la situación del régimen de Kiev en el escenario mundial se ha complicado más luego de la escalada militar entre Israel y Hamás, así como también que hay indicios de que la ayuda militar de la OTAN "está flaqueando".
Sumado a los problemas planteados, se menciona la preocupación por el servicio militar obligatorio y la persistente ira frente a la corrupción, tema que sigue encabezando la lista de quejas de la sociedad ucraniana.